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Según la UCA el 18% de la población sufre inseguridad alimentaria y el 27% problemas de salud mental

El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) publicó dos nuevos informes sobre inseguridad alimentaria y salud mentalque revelan por un lado la persistente dificultad de un sector de la población para alimentarse desde el 2018 a la fecha, pero además se destaca el vínculo de la depresión y la ansiedad con la situación económica, que muestra números muy graves a pesar de la relativa estabilidad macroeconómica del último año.

Los informes de la UCA se titulan “Estrés social y privaciones estructurales en los hogares de la Argentina urbana” y “Cambios en el bienestar subjetivo, y fueron elaborados a partir de encuestas a 3.000 hogares distribuidos en distintos conglomerados del país.

Entre las principales conclusiones sobre inseguridad alimentaria, el ODSA admitió que «este año hubo mejoras en el indicador» en relación al fuerte deterioro sufrido a finales de 2023 y 2024. El repunte se debió a la recomposición de ingresos de los hogares por la baja en la inflación de los alimentos y por las transferencias del Estado a través de programas como la AUH o la Tarjeta Alimentar.

Sin embargo, el ODSA que encabeza Agustín Salvia advirtió que “esas mejoras no alcanzan para revertir plenamente el deterioro acumulado, y los niveles de déficit registrados en 2025 continúan siendo muy altos”. El Observatorio registró en ese sentido que un 18,7% de hogares tiene inseguridad alimentaria y, de esos, el 7,8% padece inseguridad alimentaria severa.

En esa línea el ODSA señala que “La inseguridad alimentaria muestra una tendencia ascendente a lo largo de la última década y media, con un deterioro más marcado en años recientes. Tras niveles relativamente estables entre 2010 y 2017, tanto la inseguridad severa como la moderada se incrementan con fuerza desde 2018, alcanzando picos históricos en 2024 que afectó al 24,3% de los hogares”.

El nivel de ingresos define la calidad nutricional de las familias, los hogares de nivel muy bajo registran valores altos tanto en “inseguridad alimentaria total” (superiores al 50% en los picos) como en “inseguridad alimentaria severa” (superiores al 20% desde 2020). Como es de esperar, “en los hogares de nivel medio alto, por otra parte, permanecen por debajo del 2% en inseguridad total y del 1% en la severa”.

El ODSA además alertó que la informalidad estructural sigue siendo un núcleo duro. “El déficit de afiliación a la seguridad social —indicador directo de informalidad y exclusión del sistema contributivo— permanece prácticamente inalterado en los sectores más vulnerables. Esto confirma que la reciente reducción de la pobreza por ingresos no ha ido acompañada de una mejora en la integración laboral ni en la cobertura previsional”.

En materia de salud mental, el ODSA detectó que “se evidencia un incremento de los padecimientos de síntomas de ansiedad, angustia y depresión desde el año 2022 alcanzando el valor más elevado de la serie en 2024 luego de la pandemia (…) decreciendo levemente en el año 2025”.

Al mismo tiempo, corroboró que el malestar psicológico expresa las desigualdades existentes, siendo más alto el los sectores más pobres. “La cronicidad de la sintomatología ansiosa y depresiva en 2023/2024 (crisis/ajuste) y en 2024/2025 (estabilización) es significativamente más elevada y persistente en aquellas personas de estratos socioeconómicos más bajos”, afirma el estudio.

Medida en el tiempo, las problemáticas de salud mental fueron en aumento. “El 18,4% de la población adulta urbana señalaba padecer malestar psicológico en el año 2010”. Años después, en 2024, “la cifra alcanza su nivel más alto (28,1%). Es decir, 3 de cada 10 personas de 18 años o más padecen sintomatología ansiosa y/o depresiva. La última La medición del año 2025 indica una leve mejoría de 1 punto porcentual (27,1%)”.

Otro dato relevante es que el malestar psicológico alcanza a la mitad de mujeres que declaran sufrir violencia de género. Aunque en este caso no la diferencia entre los estratos socioeconómicos no es tan notoria.