“Como tenía la oficina al lado de la de (Julio) De Vido, se lo llevaba y lo dejaba en el baño. Eran carpetas que contenían sobres con montos que oscilaban entre 100 y 300 mil dólares”.
El testimonio forma parte de un descargo realizado por el arrepentido exsecretario de Obras Públicas José López, leído hoy al comienzo de la novena audiencia del juicio oral por los Cuadernos de las Coimas, en la que se repasaron más de 50 presentaciones de los imputados y comenzaron a leerse las declaraciones de los ocho imputados colaboradores de la causa.
“De Vido estaba presente -siguió López- y me decía pasa, y se lo dejaba en el baño. Luego manteníamos una reunión en el escritorio. En el baño se dejaba sobre el lavabo o sobre la tapa del bidet. En algún lugar a la vista”.
Es uno de los muchos testimonios que por estos días se exhiben bajo la luz pública en el tramo del juicio oral conocido como “la Camarita”. Son declaraciones que describen la dinámica y los roles dentro del presunto sistema de recaudación de coimas que se desplegó durante los tres gobiernos kirchneristas, entre 2003 y 2015.
De acuerdo con el testimonio de López, existía solo un puñado de empresas con acceso directo a De Vido y su mano derecha Roberto Baratta. Los pagos del resto de las firmas pasaban por Ernesto Clarens, el financista que oficiaba de intermediario.
“Efectivamente, recibía a las personas de esas empresas que traían el dinero”, ratificó Clarens en su descargo, leído después del de López. “El dinero yo lo recibía, lo cambiaba a dólares, donde cobraba una comisión por la diferencia de cambio, y se lo entregaba a José López”, precisó.
López aportó detalles sobre la elaboración de los listados de cobro y contó cómo la muerte de Néstor Kirchner, en 2010, representó un quiebre en el sistema de recaudación, que se reanudó recién en el invierno de 2011, con modos y porcentajes nuevos y por orden de De Vido, pero luego de que él, en una reunión de una hora, le contara a Cristina Kirchner “todo lo que sabía” y “cómo era el mecanismo”.
También relató que, con las elecciones bonaerenses de 2013 como telón de fondo, la “recaudación” se intensificó. Había que respaldar económicamente a las agrupaciones “sin intendentes” y competir contra Sergio Massa, candidato del Frente Renovador. “Hay que poner todo para ganarle a ese traidor”, le habría dicho Cristina Kirchner en aquel entonces, según las actas.
Uno de los imputados de mayor peso en este segmento de la causa -donde son juzgados más de 40 empresarios- es Carlos Wagner. “Las dádivas que entregaba en la sede de la empresa eran con dinero propio -dijo-, generalmente en pesos y el monto es muy difícil de saber porque varía mucho… es una cuenta muy difícil de hacer», dijo el empresario, que presidió la Cámara Argentina de la Construcción durante gran parte del período.
“Los montos entregados al Sr. Clarens no guardaban una proporción con el monto del contrato y eran variables. Este sistema de pagos se mantuvo con vaivenes al menos hasta el año 2011. Los pagos fueron siempre realizados con dinero personal y la mayor parte de ellos fueron en pesos”, sostuvo en su declaración, repasada hoy en la audiencia.
Wagner es el único empresario acusado de integrar la presunta asociación ilícita que habría liderado Néstor y Cristina Kirchner. Los demás son juzgados por pagar las coimas a cambio de contratos con el Estado.
La audiencia se abrió con un descargo de Cristina Kirchner, en el que además de negar los hechos, sostuvo que la causa era una “movida judicial sin pruebas”, diseñada para perseguirla, como resultado de un “ensañamiento” en su contra.
También sobrevolaron algunas declaraciones con pequeñas semblanzas acerca de la personalidad de los implicados. De López, por caso, se dijo que era un “maltratador”.
“López es una persona desequilibrada, mala en el trato, te bastardeaba y te denigraba. Era un tipo que te insultaba delante de la gente, insufrible”, describió Sergio Pasacantando, exgerente de Administración de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV). “Era un vehemente, te puteaba. Era mejor no decirle nada”, completó el exfuncionario.
En su declaración como arrepentido, en la que brindó detalles sobre los bolsos, López contrastó aquellas declaraciones de Pasacantando al definirse como una persona de “perfil bajo, que no ostentaba su cargo”.
López mencionó haberse ahorrado algunos detalles en presentaciones previas por “temor” a Cristina Kirchner. “A Cristina la vi actuar”, dijo. “Es una persona muy vengativa, a quien conozco hace mucho tiempo, como dije, temor a ser descubierto o delatado, temor sobre mi vida y la de mi familiar”.
