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Florencia Peña se animó a hablar de su vida sexual y dejó a todos sorprendidos

Moria Casán volvió a convertir su programa en un espacio de confesiones sin filtro. En La mañana con Moria, la diva recibió a Florencia Peña y la charla avanzó por terrenos poco habituales en la televisión abierta: vínculos afectivos, libertad sexual, cansancio emocional y los límites personales que aparecen con el paso del tiempo.

Con su estilo directo, la conductora puso sobre la mesa un tema que la actriz ya había mencionado en otras oportunidades: el poliamor. «Hablando de esta cosa de ahora, que vos has practicado el poliamor y ahora lo dejaste, sos una mujer temperamental, apasionada, con un open mind para el amor libre», planteó Moria antes de preguntarle si hoy estaría dispuesta a volver a una experiencia similar.

Lejos de esquivar el tema, la actriz respondió con honestidad y dejó en claro que su mirada cambió con los años. «Si alguien me moviera hoy, por cómo estoy hoy, lo querría charlar con Rama (su esposo). Decirle ‘bueno, o abramos la pareja de nuevo'». Sin embargo, marcó un límite personal que sintetiza su presente: «Ya no estoy para piratear, estoy cansada». Y remató con una definición que sorprendió en el estudio: «Para ser buen pirata hay que tejer redes».

El intercambio derivó en una reflexión compartida sobre el desgaste emocional que implican los vínculos abiertos. Moria sumó su mirada y coincidió en que ese tipo de experiencias también tienen un costo interno. «Hay una especie de psicopatiada con uno mismo y te cansás», expresó.

En ese clima de sinceridad, la conversación avanzó hacia un terreno aún más íntimo y apareció el tema de las orgías. Ante la consulta sobre cómo se animaría a una situación así, Peña fue clara respecto a sus límites y contradicciones: «Atreverme, me atrevo a muchos, después en el quilombo no sé». Y cuando le preguntaron con quién se quedaría en ese contexto, respondió sin dudar: «Con una mujer».

La actriz también habló de su curiosidad desde joven y de cómo percibe los cambios culturales en las nuevas generaciones: «Fui curiosa de chica. Me atraen las mujeres, me parecen hermosas, pero no me enamoro». En ese sentido, destacó una diferencia generacional: «Ahora los pendejos y pendejas no tienen género. En nuestra época no pasaba eso, las que tuvimos que romper un poco con todo».

Fiel a su estilo provocador pero coherente, Moria también dejó en claro su propia postura: «Yo soy abierta de mente, de todo, te hago todo, pero monogamia. Tengo un conservadurismo impresionante». Y cerró marcando un límite tajante sobre las experiencias grupales: «Orgía no. No quiero que nadie me mire ni me toque. Me encanta la privacidad».