La marca busca generar un cambio en el consumo de productos textiles y crear conciencia sobre los hábitos de consumo.
Volga Studio es una nueva marca argentina de proyección internacional que diseña y produce artículos con una particularidad: son de tela de cáñamo y algodón orgánico.
Tiñen los lienzos íntegramente de manera artesanal con tintes naturales y combinan sus diseños con cuero vacuno de curtido vegetal de la más alta calidad.
Volga, dice Anastasia Orloff, fundadora de la marca, “nace de la necesidad actual de crear una marca que logre generar un cambio en el consumo de productos textiles buscando crear conciencia sobre los hábitos de consumo”.
- Desde la década del 40 hasta la última dictadura cívico militar, Argentina producía y procesaba el cáñamo industrial, pero con la llegada de los militares se la asoció con la marihuana y quedó prohibida en el país.
Por el momento, la tela de cáñamo que se comercializa en el territorio nacional viene del exterior.
Orloff cuenta que actualmente importan la tela de cáñamo de China, pero espera poder conseguir este tipo de material en Argentina ahora que plantar cáñamo volvió a ser legal después de 45 años.
“El cáñamo tiene múltiples usos, se puede usar toda la planta, pero se tiene que desarrollar la industria. La ley es un puntapié inicial, y creo que Argentina tiene todos los elementos para hacerlo. Nosotros apuntamos plantar y producir nuestra propia materia prima, pero tenemos un proceso largo de aprendizaje, queremos ser parte del desarrollo de toda la cadena de producción”, dice Orloff.
Anastasia explica la versatilidad que tiene el cáñamo y los múltiples beneficios que tiene para el medio ambiente, entre ellos: el bajo consumo de agua, no es tóxico ya que no necesita pesticidas ni herbicidas, es un gran secuestrador de CO2 y regenera el subsuelo.
Hoy la industria textil es el segundo sector más contaminante a nivel global y la que más agua y agroquímicos utiliza.
- Debido a la tendencia del fast fashion, el consumidor promedio compra 60% más de ropa en comparación con el 2000, pero el uso de las prendas ha disminuido a la mitad y el 40% de la ropa nunca llega a usarse (UNECE, 2018).
Si el consumo continúa al ritmo actual, necesitaremos tres veces más recursos naturales para 2050. En estos momentos se consumen aproximadamente 70 millones de toneladas de ropa cada año.
- La emprendedora intenta a través de la iniciativa hacer la producción de los bolsos, riñoneras y carteras lo más transparente posible por las múltiples iniciativas que surgen a partir de los nuevos fenómenos sociales como el cuidado por el trabajo justo y el fair trade, una forma alternativa de comercio promovida por varias ONG para que el consumidor tenga conciencia de lo que compra, y que a su vez que esta sea parte del hoy llamado slow fashion, o la moda sostenible. En Volga, por ejemplo, cada producto está numerado, es único y de edición limitada.
Una de las cualidades de Volga es que no producen en grandes cantidades, sino de forma controlada.
A la tela la tiñen de manera artesanal en Rosario con tintes naturales como parte de la iniciativa eco-friendly, usan materiales comúnmente desechables como yerba mate, piel de cebolla, hojas de eucalipto cáscara de nuez y la resina de quebracho colorado.
La particularidad de este proceso de teñido es que a diferencia de los procesos industriales se utilizan muchos menos recursos y agua. Además, los excedentes del mismo son biodegradables, es decir, el agua utilizada puede ser devuelta a la tierra inmediatamente sin ningún tipo de tratamiento.
Desde Volga Studio (https://volgastudio.com.ar/) creen que no hay que sacrificar ni el estilo ni la funcionalidad de los productos para tratar a nuestro planeta con el cuidado y respeto que estos tiempos imponen.