El kirchnerismo presentará en agosto el proyecto de Refuerzo de Ingreso «para terminar con la indigencia». Beneficiará a cuatro millones de personas, entre ellos un millón y medio de niños y niñas, según confirmaron algunas fuentes. Será la respuesta al fallido Salario Básico Universal (SBU).
Se trata del equivalente a una canasta básica alimentaria. Hoy para un adulto individual es de $15.057. Y para los menores es en promedio alrededor de 7 mil pesos. Según los cálculos que hicieron en el Senado, hay 1.400.000 chicos en esa situación.
La información extraída resulta de la encuesta permanente de hogares que hace el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Como para un hogar de dos padres y un hijo la suma da $ 37.040, se llega a los 7 mil pesos por niño.
Según la última medición oficial, hay 37,2% de la población (17,4 millones de personas) que es considerada pobre en la Argentina. Y un 8,2% que vive en condiciones de indigencia. A este último ítem apunta este denominado Refuerzo de Ingreso que en un principio se iba a llamar «Ingreso Adicional Complementario».
El refuerzo será mensual. Es incompatible con otros ingresos, como por ejemplo alquileres o asistencia del Estado en alguna de sus formas. Si la persona cobra una Asignación Universal por Hijo (AUH) no podrá acceder. «Solo en caso de niños indigentes», adelantaron desde la Cámara Alta.
En total, se trata de un monto de casi 50 mil millones de pesos por mes. Con una canasta básica de 15.057 pesos multiplicado por 2.600.000 adultos la suma da $39.148.200.000. Y con 1.400.000 niños y niñas indigentes y los 7 mil para cada uno de ellos, el total es de $9.800.000.000. Son entonces $48.948.200.000 totales, aproximadamente.
«Ya tenemos todo, lo vamos a presentar en agosto como máximo. Nos tenemos que sentar con Silvina Batakis y avanzar», afirmaron desde los despachos del Senado donde se está trabajando esta ley.
Una de las senadoras que impulsa este proyecto es Juliana Di Tullio, la presidenta del bloque Unidad Ciudadana y de extrema confianza de la vicepresidenta Cristina Kirchner. El trabajo es en sintonía entre el Senado, Diputados y legisladores de ambas cámaras que presentaron proyectos similares, como el Salario Básico Universal. También están involucrados ministros del Gobierno de Alberto Fernández y la Anses. Y están en conocimiento los movimientos sociales y sindicatos.
Una de la razones por las cuales no prosperó la idea de un salario universal, según explican en el kirchnerismo, es porque «el salario es relación de dependencia. Se tendría que contratar a alguien para darle un salario. Y no es universal porque es para un grupo».
¿Habrá consenso para que este proyecto se convierta en ley en el Congreso? En el oficialismo hay optimismo. «Estamos todos y todas de acuerdo en eliminar la indigencia en Argentina. Nadie se puede negar a este refuerzo de ingreso para que salgan de la indigencia adultos y niños», respondió Di Tullio.
Desde la asunción de Batakis, el Salario Básico Universal se convirtió en bandera de los movimientos sociales ante la negativa de darle impulso por parte de la flamante ministra. También se sumó la portavoz presidencial Gabriela Cerruti y hasta Cristina Kirchner lo puso en duda.
El Frente de Todos pretende que sea una ley con mucho apoyo. Puede llegar a ser la prenda de unidad de un lado y otro con una consigna que vuelva a juntar a todos los átomos desperdigados de la coalición gobernante.
¿Los movimientos sociales apoyan al Refuerzo de Ingreso?
Hay consenso entre los movimientos sociales con respaldar el Refuerzo de Ingreso que se viene. El líder de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, y el secretario de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Eduardo «Gringo» Castro, salieron a dar su apoyo públicamente.
Ambos contaron que tienen conocimiento del proyecto. También el referente social Juan Grabois tiene diálogo diario con senadores que están detrás del proyecto. «Es algo que se venía trabajando hace varios meses», revelaron desde el Senado.
Asimismo, atado a este ingreso complementario de ingresos, los movimientos sociales advierten por una posible devaluación. «En momentos como este hay que estar más pensando al mismo tiempo como hacemos para que los que quieren lograr una devaluación no la logren y al mismo tiempo poner plata en el bolsillo de la gente en situación vulnerable», afirmó Castro.
«Si los que devalúan logran devaluar, la crisis va a ser tremenda. Va a quedar todo muy atado con alambre. Hay que impedir eso y mientras se discute cuánta plata tiene que entrar al bolsillo de la gente», destaca el líder de la UTEP.
Menéndez también tiene un discurso que va en esa sintonía. «Creemos que primero hay que construir el suficiente poder político y disciplinar una tensión entre sectores del poder económico concentrado que está presionando para una devaluación para seguir concentrando ingresos. Esa pelea es clave. Como todo indica, la tensión inflacionaria exige una readecuación de una política social y creemos que hay que ir empezando a resolver la tensión cambiaria y, de la mano, hay que tomar medidas». Entre líneas, el conductor de Barrios de Pie pone el ojo en el primer discurso de Batakis: «Hay un oído puesto en los mercados para poder llevar tranquilidad, que es necesario. Pero tiene que haber otro puesto en la gente», reclama.
Sobre el fallido SBU que fue un reclamo de las últimas semanas, Menéndez destaca el nuevo proyecto: «Es una forma de responder al reclamo por el salario básico. No importa el nombre. No creemos que el Salario Básico Universal sea un elemento indispensable en sí, sino que responda a una serie de medidas que son necesarias en este contexto».
Castro opina sobre el Refuerzo de Ingreso: «Si sale eso, es mejor que nada. Siempre que das una pelea gremial, no te llevas todo, pero hay una tensión específica. Lo que ingrese como sea, en una crisis como esta, está bárbaro. Son propuestas que no tenemos por qué estar en contra».
La frase de Grabois
La cara más importantes en el reclamo por el Salario Básico Universal fue Juan Grabois. Esta semana fue noticias porque el miércoles aseguró en un acto: «Estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle». Más tarde, en la televisión aclaró: «Prefiero hablar ahora y no lamentarme cuando empiecen los saqueos».
Estas declaraciones generaron una ola de advertencias en el oficialismo y repudios en la oposición. Desde el riñón de Alberto Fernández salieron a cruzarlo. En off, un hombre muy cercano al Presidente fue contundente: «Hay que dejarlo con su histeria solo a Grabois».
El «Gringo» Castro salió a poner paños fríos sobre esos dichos: «Hay momentos donde te sentís desbordado por las peleas que das y ante una tribuna decís las cosas como te salen del corazón», explicó. «Lo de la sangre es esta idea de ofrendar la vida que tienen algunos compañeros que se matan para darles de comer a los pibes», agregó.
Dejó en claro Castro: «Los conozco y no están diciendo que van a salir a matarse o cagarse a tiros con alguien». Argumenta el referente social: «Están esperando que nos equivoquemos. Estamos luchando contra formadores de precios y devaluadores que están haciendo un golpe. Son golpistas», concluye.