María no sabe cómo llegó hasta acá. Solo recuerda que aquella desesperación, que la atravesó apenas conoció la historia de Olivia, encendió un motor interno que la obligó a tomar decisiones.
La primera fue intentar a rescatar a una chancha que tenía solo 15 días. “Era bebé, la iban a matar para comerla. Nosotros rescatamos perros y gatos, llegamos a tener 12 en casa. A raíz de mi hijo tomamos conciencia con el tema de consumir animales”, contó la mujer.
En un refugio de animales ubicado en la localidad bonaerense de Florencio Varela, la chancha Olivia descansa en un corral pequeño e improvisado que comparte junto a otros dos cerdos.
“La crié en casa hasta que pude, por el tamaño. Y bueno, debí buscar otro lugar. La tuve en el complejo Naturaleza Viva, ahí los chicos me ayudaron mucho, pero no tenían espacio. Luego fue a parar al campo de otro conocido también, Fernando, que me ayudó un montón. Pero estos animales necesitan más espacio. Para caminar, escarbar. Entonces empezamos una campaña para buscarle otro lugar”, explicó María.
La mujer cuidó a Olivia en su casa de Quilmes durante un año. El crecimiento del animal, sumado a la necesidad de desarrollarse en espacios mucho más amplios, hicieron que la chancha arribara a “La Banda de Sarita”.
“Sara me explicó que no tiene las condiciones para construir un corral como el que Olivia necesita. Entonces la idea es ayudarla a construir uno acá, en donde sé que va a estar bien y no la van a negociar o querer hacer cría. Mi único propósito es ayudarla”, destacó María.
“Tomaba mamadera, dormía en cama con nosotros. Fue creciendo, después dormía al lado de la cama, la saqué al living y descansaba en un sillón. Me rompió la puerta de la habitación porque entraba igual, me tiraba de la cama porque quería acostarse conmigo. Andaba por toda la casa, me la destruyó toda, pero no era un problema”, agregó.
“Acá está hace poquito, creo que unos 15 días. Por eso iniciamos esta campaña para que la gente pueda ayudar a que se quede para siempre en este lugar. Y que las ayudas no solo sean para Olivia, si no para el resto de los animales que cuida Sara”, sostuvo María.
“Tenemos 450 perros aproximadamente y 80 gatos. Les damos de comer alimento balanceado que nos donan, juntamos bolsas a lo loco. Zafamos con eso una semana o una semana y media. Parece que no pero ayuda mucho, son miles de pesos en comida”, explicó Sara, dueña del refugio.
“Necesito que esto se viralice. Somos una ONG constituida, hicimos todo claro porque necesitamos que sea así. Cuando vine acá, hace siete años, era un desastre. Una mugre total. Yo alquilo acá, pago $80 mil pesos. Es por eso que precisamos fondos para el alquiler, para pagar los sueldos de las personas que trabajan acá (dos) y para la comida de los animales”, remarcó Sara.
“Ellos viven de estas ayudas y donaciones. Nosotras queremos que el corral no solo salve a Olivia sino también a los otros cerdos. Pero puntualmente darle una mano a Sara, porque mucha gente deja los animales acá y los abandona”, dijo María.
La quilmeña vive actualmente junto a ocho perros, dos gatos y una paloma. “Ella fue creciendo y empezó a chocar al resto de los animales. No los mordía, lo lo hacía queriendo, es de bruta”, manifestó.
La convivencia con los perros es justamente uno de los problemas para el crecimiento de Olivia, dado que los cuidadores temen que sea mordida o atacada si se relaciona con ellos.
“Los perros la van a querer correr. Si bien el espacio está, no tenemos la estructura para que estén bien”, remarcó María, que reiteró: “La realidad es que mucha gente se contactó conmigo para llevarla para cría o para comerla. Yo prefiero estar tranquila, que esté acá y darle una mano a Sara”.
Por último, completó: “Yo me dedico a hacer eventos, he llegado a rescatar 12 ó 15 animales, los tuve a todos juntos en casa. Ahora paré porque nadie ayuda. El sueño de una persona que le gustan los animales es tener un lugar como el de Sara. Y poder hacer muchas cosas, pero es difícil”.