En un acto que tuvo lugar en la planta Ford de la localidad bonaerense de General Pacheco, el presidente Alberto Fernández volvió a referirse al ataque sufrido por la vicepresidenta Cristina Kirchner y se mostró a favor de tender puentes con la oposición. “Debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de trabajar juntos”, indicó al mencionar el “cimbronazo” que “vivimos como sociedad por lo que le pasó a Cristina, por lo que gracias a Dios no logró el que intentó lo que intentó”.
“Costó demasiado la democracia para que a esta altura de los acontecimientos seamos capaces de hablar los que no pensamos lo mismo”, añadió, en línea con las palabras de la vicepresidenta ayer, durante su reaparición pública tras el atentado, en una reunión a puertas cerradas en el Senado con curas villeros y religiosas laicas.
“Un diálogo se genera con todos, no con los que piensan como uno. Porque si no, cuando yo invito a un diálogo y excluyo a alguien, lo que quiero es imponer un monólogo”, definió el mandatario. Y añadió: “Lo que hace falta es hacer lo que hicieron los diputados y los senadores: animarse a dialogar, animarse a encontrar consensos y garantizarle a la Argentina una ley que le da a la industria automotriz la previsibilidad que necesita para seguir creciendo”.
Es que Fernández anunció este viernes la promulgación de la Ley de Promoción de la Industria Automotriz, sancionada el pasado 2 de septiembre en el Congreso. El evento además contó con la presencia del ministro de Economía, Sergio Massa, y del secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte (Smata), Ricardo Pignanelli.
Ayer, Cristina Kirchner se mostró dispuesta a buscar los consensos necesarios para salir de la crisis económica -dijo que la Argentina no tiene moneda, en lo que se puede leer como una crítica a la gestión de Alberto Fernández-, pero volvió a cargar las tintas sobre el supuesto discurso de odio que sus seguidores le adjudican a la oposición y a los medios de comunicación.
La vicepresidenta también sugirió que en esta etapa de su carrera política, le interesa más resolver la crisis económica que volver a ocupar la Casa Rosada. “Ya fui presidenta dos veces. No son esas cosas las que me seducen ni que me animan”, dijo en un pasaje de su intervención.
“¿Se puede reconstruir la economía y un país donde sólo se insulta y se agravia? Cuando se pone tanto adjetivo, insulto y agravio es porque no se quiere discutir en serio de economía”, sentenció la vicepresidenta, quien citó el encuentro que mantuvo con el economista Carlos Melconian como muestra de su amplitud y vocación por encontrar una solución. “Hay que hablar con todos, como hizo Cristo”, dijo.