Casi a la par del dato de inflación de agosto que se conoció a mediados de mes, el Gobierno hizo oficial el número de billetes que existen en circulación y lo comparó con la cantidad que había a finales de 2019, en el inicio del mandato de Alberto Fernández.
Los números, que se desprenden del informe presentado ante la Cámara de Diputados por el jefe de Gabinete Juan Manzur, son elocuentes, y demuestran el impacto de la inflación y la pérdida de valor del billete de mayor denominación.
Mientras al 31 de diciembre de 2019 el circulante total de billetes de $ 1.000 era 372.945.951, en la actualidad ese número pasó a ser 2.215.991.504. Es decir, en la calle hay 1.843 millones más de billetes de $ 1.000 circulando que cuando el presidente comenzó su Gobierno.
El crecimiento de los billetes de $ 1.000 circulante equivale prácticamente a la misma cantidad de billetes totales que hay en la calle en comparación a 2019. Así, en total, son 2.019 millones más de billetes totales los que se intercambian en el país: hace tres años superaban los 5.000 millones de billetes, y ahora se ubican por encima de de los 7.000 millones.
La principal diferencia radica en que se dejaron de imprimir billetes de $ 5, cuando al 31 de diciembre de 2019 todavía había unos 459 millones de billetes en circulación. Los billetes de $ 10, aun con la tremenda pérdida de valor que tuvieron debido a las varias devaluaciones que hubo, se mantiene casi en la misma cantidad: sólo circulan 17 millones de esos papeles, una cifra baja comparada a otras denominaciones. En su caso, se complementan con las monedas del mismo valor.
Curiosamente, aumentó la cantidad de billetes de $ 20 en el bolsillo de la gente. Según el informe presentado por Manzur, hay 205 millones más de papeles de esa denominación circulando en la actualidad de lo que había en diciembre de 2019. En el caso de los de $ 50, hay 22 millones de billetes más en la calle, pero 154 millones menos de billetes de $ 100.
En línea con lo que sucede con los billetes de $ 1.000, los de $ 200 y $ 500 también aumentaron en cantidad circulante. En el primer caso hay 103 millones más que hace 20 meses, y en el segundo, el total que se amplió es 476 millones.
Cuánto dinero representa en la calle
El hecho de que haya un extra de 2.000 billetes más en la calle respecto a 2019, con prevalencia de los de denominación de $ 1.000, también motiva que, si se multiplican por el valor que tiene cada uno para las personas, la plata circulante sea mucho más en comparación al inicio del mandato de Alberto Fernández.
Así, de los $ 1,14 billones que había circulando en 2019, ahora se pasó a $ 3,23 billones. El aumento resulta lógico, considerando la inflación del 221% acumulada que se registró en estos primeros 33 meses de presidencia de Fernández, y representa un leve incremento si se lo mide en dólares.
Tomando la cotización oficial de Banco Nación, son unos US$ 24.539 millones, fijando como referencia los $ 131,93 que valía el dólar al 31 de agosto pasado. Considerando que al 31 de diciembre de 2019 cotizaba a $ 59,89, eran US$ 19.169 millones los que circulaban en la economía argentina en ese entonces.
Sin noticias sobre nuevas impresiones
En su informe, Manzur respondió la pregunta específica sobre la cantidad de billetes circulantes que le había hecho la Coalición Cívica. En la misma, se indaga también sobre «los motivos por los cuáles la impresión de la nueva familia de billetes no ha sido producida por Casa de Moneda Sociedad del Estado». La referencia aludía a la decisión oficial de volver a imprimir billetes con próceres como imagen central, en lugar de animales.
«En cuanto a la producción de la nueva familia de billetes, aún no se ha iniciado el proceso productivo, el cual será realizado por Casa de Moneda Sociedad del Estado», responde el jefe de Gabinete a esa cuestión. Además, aclara que «a la fecha no se dispuso la emisión de un nuevo billete de mayor denominación a $ 1.000» y recomienda, de acuerdo al planteo del Banco Central, que se promueva «la inclusión financiera y el uso de los medios de pago electrónicos».
Manzur detalla en el informe ante el Congreso que debido a que la Casa de Moneda no pudo cumplir con la impresión de billetes solicitada en su momento, se debió recurrir a los equivalentes de España y Brasil para completar la compra de billetes terminados.
Entre 2020 y 2022, el gasto total en la adquisición de los mismos fue $ 26.611 millones, que se pagaron por 2.831 millones de billetes que se recibieron. No obstante, el total que se compró por ese monto fue de más de 4.500 millones de billetes: el resto, según se consigna, aún no fue recibido.