Un escándalo envuelve al Convento San Bernardo en la capital de Salta: una monja fue rescatada por la Policía en el marco de un allanamiento ordenado por la justicia provincial, tras una denuncia por privación ilegítima de la libertad.
La religiosa le había manifestado a sus familiares que quería abandonar el lugar y que las autoridades le negaban esa posibilidad.
El fiscal penal número 2, Ramiro Ramos Ossorio, fue quien tomó intervención de la denuncia de Sandra Díaz, hermana de la monja damnificada, contra las autoridades del Convento San Bernardo y solicitó la orden de allanamiento, según informaron fuentes del Ministerio Público provincial.
Las actuaciones comenzaron a partir de que una monja le expresó a sus familiares, que viven en Mendoza, que quería abandonar el convento, pero que se le negaba la posibilidad.
Según consta en las actuaciones judiciales, a principios de diciembre y en un primer acercamiento; la denunciante viajó desde Mendoza hacia Salta con la intención de pedirle a las autoridades que dejen salir a su hermana.
En ese momento, las autoridades religiosas manifestaron que debían disponer de la autorización proveniente del Vaticano para dejarla ir. Pero, cuando la documentación estuvo disponible, le negaron la posibilidad de retirarse.
Fuentes judiciales confirmaron, según publicó el diario El Tribuno, que todas las iniciativas en la búsqueda de un acuerdo fracasaron; al punto que desde dicha institución se llegó a prohibir directamente el contacto de los familiares de la mujer.
Tras no arribar a una solución posible, el martes pasado, la Fiscalía solicitó a las autoridades de la Policía de la provincia sostener una entrevista con las autoridades del convento: no fueron recibidos.
Ante la negativa de una entrevista, la fiscalía envió durante el miércoles a auxiliares fiscales para intentar reunirse con las autoridades: no sólo no pudieron ingresar al lugar, sino que ni siquiera pudieron realizar la notificación correspondiente.
Finalmente, el fiscal solicitó al Juzgado de Garantías en turno una orden de allanamiento para el predio, que fue autorizada, y con la intervención de la fuerza policial con la colaboración de la División Bomberos, se ingresó al edificio sin forzar el acceso.
Una vez en el interior, se pudo entrevistar a la mujer damnificada, quien ratificó su intención de retirarse del convento, por lo que fue sacada del lugar y trasladada a un lugar seguro.
La monja mendocina, que estaba en el convento desde 1991, «buscaba irse porque padece cáncer y quería estar más tiempo con su familia. Además, estaba siendo coaccionada», dijo una fuente judicial al diario local.
El fiscal explicó que las actuaciones continúan su trámite y que dispuso el cumplimiento de numerosas medidas tendientes al esclarecimiento del hecho denunciado.
En tanto, la monja que fue rescatada del convento habló con las secretarias del juzgado, y será convocada para una ampliación de declaratoria. No se descarta que pueda haber imputaciones.
En abril, otro escándalo
En abril pasado, el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, fue denunciado por violencia de género por monjas de clausura y le impusieron una perimetral.
Según la demanda realizada por la madre superiora del Convento de San Bernardo, las situaciones de hostilidad por parte del monseñor y de otros dos religiosos que también quedaron implicados suceden desde 1999.
