Tucumán recibió en el mes de febrero $8.000 millones por un aporte no reintegrable que le otorgó la Nación.
Este monto pertenece a las partidas comprometidas en diciembre de 2022 por el entonces jefe de Gabinete, Juan Manzur, con el entonces gobernador interino Osvaldo Jaldo.
Según el Boletín Oficial los dineros enviados serán “destinados a la financiación de los servicios básicos sociales y a la generación de obras de infraestructura pública, asegurando el normal funcionamiento del Estado”. La justificación es por demás imprecisa al afirmar que se aplicarán “con el fin de sostener actividades productivas, elevar el nivel de empleo y financiar la asistencia requerida por los sectores sociales desprotegidos, derivando ello en un mayor gasto con impacto en el equilibrio fiscal”.
La gestión de Manzur en la Casa Rosada ya había habilitado otros beneficios similares para Tucumán el año pasado. Sin ley de presupuesto el ex jefe de Gabinete estuvo facultado para realizar las adecuaciones pertinentes para el funcionamiento del Ejecutivo de la Nación. En ese sentido, en agosto autorizó el giro de $ 18.000 millones, en tres cuotas consecutivas de $ 6.000, como fondos no reintegrables, según apuntó el Decreto 2.705/3 del Ministerio de Economía.
La inflación permite al Estado contar con una masa de recursos que excede lo presupuestado, debido a que la recaudación crece por encima del índice inflacionario.
La inflación afecta el ingreso y la capacidad de consumo de todas las familias y los balances de las PYMES, pero para el Estado es una fuente de abundantes recursos, que es de esperar que sean aplicados a mejorar la calidad de vida de las personas y permitirles alcanzar el bienestar.
