En medio de las peleas en la coalición oficialista y en la opositora por las candidaturas con vistas a las elecciones presidenciales, el papa Francisco advirtió sobre “el internismo” por considerar que en la Argentina “es dañoso” al “resquebrajar la filiación partidaria” y que ello puede dar lugar al ascenso de figuras nefastas como ocurrió en la Alemania con la llegada al poder de Adolf Hitler.
El pontífice realizó la fuerte advertencia -acaso la más severa en materia política respecto de su país- durante una entrevista concedida al periodista Gustavo Sylvestre, del canal C5N, y se sumó a la preocupación que viene expresando por la grieta y la “polarización agresiva”, al igual que “la peligrosa tendencia a desacreditar a la política por los malos políticos”.
Días pasados, Francisco había agradecido una salutación conjunta que le enviaron dirigentes políticos de los principales espacios con motivo del décimo aniversario de su elección papal y transmitido su anhelo de que “así como se unieron para firmar esta carta, qué lindo que se unan para discutir, hablar y llevar la patria adelante”.
Ahora Francisco avanzó ya no sobre las peleas entre los diversos espacios políticos, sino dentro de ellos. “(A los argentinos) nos encantan las internas, armar una interna sobre cualquier cosa”, afirmó, pero subrayó que “el internismo nuestro es dañoso al punto de que a veces es más fuerte que las pertenencias clave”.
“El internismo destruye la filiación política. Vos sos radical, socialista, peronista o lo que sea, pero tenés una filiación política. En cambio, hay una interna y eso resquebraja la filiación política. Y lentamente se hacen diversos sectores adentro del partido que no tienen fuerza política de convocatoria. Entonces pasa lo de Alemania”, advirtió.
Fue una implícita referencia a las condiciones previas al surgimiento del nazismo en Alemania tras la derrota del país en la Primera Guerra Mundial, en base al análisis realizado por el intelectual italiano Siegmund Ginzberg en su libro Síndrome 1933.
El Papa señaló que en ese libro Ginzberg “narra un poquito el internismo tremendo que había en Alemania al final de la República de Weimar, sumida en una profunda crisis, y de cómo (sus dirigentes) no encontraban quién llevara adelante las cosas”.
“Fue (Franz) Von Papen (fue) el responsable de presentar un político que hablaba lindo y que sedujo a la gente. Se llamaba Adolfo (Hitler) y todo el mundo dijo ‘bueno, probemos con este, que nadie lo conoce; no conocemos sus raíces y su condición’. Entonces votaron a Adolfito y así terminamos”, relató Francisco.
En rigor, no es la primera vez que el papa argentino hace un análisis sobre la base de Síndrome 1933. En 2020 le había recomendado su lectura al presidente del gobierno español Pedro Sánchez, durante una audiencia en momentos en que en España se crecía la ultraderechista VOX.
Como en otros países, los políticos sufren en la Argentina un severo desprestigio, lo que abre paso a discursos y referentes anti sistema.