La minera chilena Los Pelambres, de la empresa Antofagasta Minerals, está terminando de retirar de San Juan 41 millones de toneladas de roca estéril que había depositado desde 2006 a 2011. Fue porque desde Chile se había avanzado sobre la frontera de manera indebida.
La acumulación de roca había tenido lugar dentro del predio concesionado en San Juan a la compañía Glencore para el proyecto de cobre El Pachón. La Justicia decidió en 2017 que ese material, de 1,3 kilómetros de largo por medio kilómetro de ancho y 50 metros de altura, debía volver a Chile.
Los trabajos comenzaron en 2018 y la tarea exigió el incremento gradual de la flota de camiones para el retiro. Inicialmente fueron de 140 toneladas, luego de 240 toneladas y desde 2021 se fortaleció con camiones de 340 toneladas, para poder completar la tarea en el tiempo dispuesto por la Justicia.
La minera chilena reconoció que utilizó una cartografía que tenía una demarcación diferente a la real, lo que fue aclarado en 2012. Por ese motivo, el 30 por ciento de este botadero de Los Pelambres quedó en territorio argentino.
Además de roca, la escombrera tenía materiales en desuso, como neumáticos de gran porte, producto de su actividad minera. Actualmente, la zona volvió al paisaje similar al que tenía antes de la intervención chilena.
El denominado Plan de Retiro fue inédito por su magnitud, y se hizo bajo la supervisión de la Policía Minera de la Secretaría de Gestión Ambiental y Control Minero de San Juan. Se sumaron miembros del Ministerio de Ambiente de la Nación y Gendarmería Nacional.
Según informó la provincia, “todos los monitoreos de aguas superficiales y subterráneas arrojaron resultados normales sin ninguna traza de contaminación. La disposición judicial obliga a mantener estos controles por los próximos cinco años”.
Mientras se desarrolló el juicio que inició El Pachón S.A., la Fiscalía de Estado de San Juan insistió a Los Pelambres concretar cuanto antes el control ambiental de la escombrera de unas 60 hectáreas, donde depositó los escombros mineros y cerca de 500 neumáticos de camiones mineros, residuos que además cubrieron y afectaron lagunas cordilleranas.
