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La Asistencia Pública festejó sus 115 años mientras avanzan las obras para la reapertura

Esta mañana, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán festejó el 115° aniversario de la Asistencia Pública junto a trabajadores de diferentes áreas. En la ceremonia, que se realizó en la sede anexo de calle Santiago del Estero 185, se destacó la importancia del servicio que se brinda a la comunidad y el avance de las obras para reabrir la sede principal de Chacabuco al 200.

La directora de la Asistencia Pública, Karina Faccioli, que encabezó el festejo y dialogó con los trabajadores, destacó el plan que lleva adelante la actual gestión para revalorizar el centro de atención de cara a la reapertura. “Queríamos hacer un acto conmemorativo, el personal estaba emocionado y también muy predispuesto a este gran cambio que comenzó estas últimas semanas. Estoy feliz de pertenecer a este proyecto y liderar una institución tan emblemática para la ciudad de San Miguel de Tucumán”, señaló.

La funcionaria municipal se refirió a las obras en la principal sede de la Asistencia Pública, ubicada en Chacabuco al 200, y expresó que “esta semana fue muy icónica porque se pudo abrir la puerta principal del edificio y ahora se continúa con las etapas de la remodelación. El histórico inmueble tiene que volver a brindar la atención de salud, la atención a los pacientes y aportarle todo aquello que el capitalino necesita”.

Por su parte, Mirta Ruiz, que se desempeña como enfermera hace 32 años en el centro de atención municipal, recordó su labor en la sede de calle Chacabuco al 200. “Para mí, la decisión de reabrir un gigante que estaba dormido va a servir mucho a la población, es increíble y emocionante porque la hemos peleado para que no la cierren. Esto nos motiva y nos da fuerzas, llevo 32 años de servicio donde pasamos momentos buenos y malos, atendíamos 140 casos por día y venía mucha gente de todos lados”, recordó la profesional de la salud y concluyó: “Tengo grabada la imagen de la gente que llegaba con sus hijos, personas que económicamente la estaban pasando mal y recurrían a ese lugar gratuitamente. Al cerrar las puertas sufrimos terriblemente el desarraigo. Amamos ese lugar, pasamos gran parte de nuestra vida ahí”.

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