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Hubo récord de inversiones extranjeras en 2023

Cuando se privatizaron las empresas públicas en los ’90, los flujos de inversión extranjera directa (IED) llegaron a rondar los u$s 20.000 millones por año. Si se descuentan estas ventas extraordinarias, los flujos de IED estuvieron por debajo de los valores de los últimos años, con unos u$s 5.000 millones promedio de inversión real en la década neoliberal. 

El año pasado, en tanto, la inversión extranjera directa batió récords en la Argentina. Así lo confirmaron este martes los datos sobre IED que presentó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El país recibió flujos por u$s 22.911 millones, un 48% más que los u$s 15.408 millones que había registrado en 2022. De esta forma, superó las cifras de los 90s con las privatizaciones. 

De acuerdo con los datos de OCDE, la IED pasó a representar el año pasado el 20% del PBI para la Argentina, mientras que en 2022 era el 18,5%/PBI.

Las firmas con cartel de venta en ese momento fueron las de servicios públicos con los casos de Entel (telefonía), Segba (electricidad), Obras Sanitarias (agua), Aerolíneas Argentinas, trenes, peajes, correo, YPF, YCF (Carboníferos) y Somisa, entre otras. En los casos en los que no encontraron compradores, fueron a desguace, como la naviera estatal Elma, con la venta de los buques y posterior liquidación. 

Un teléfono de Entel, símbolo de las privatizaciones de los 90s, repartida entre Telefónica y Telecom

Las empresas con cartel de venta

Ahora, los Diputados le dieron luz verde a la privatización total de cuatro empresas públicas Aerolíneas Argentinas, Enarsa, Radio y Televisión Argentina e Intercargo.

Por su parte, cinco empresas más pueden ser privatizadas o concesionadas. Es el caso de Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), Correo Argentino, el ferrocarril Belgrano Cargas, Trenes Argentinos (Sofse), que ya pidió fondos a Nación para avanzar con despidos e indemnizaciones, y Corredores Viales.

Otras dos empresas, Nucleoeléctrica (NASA) y Yacimientos Carboníferos Rio Turbio (YCRT) podrán sumar capital privado pero manteniendo mayoría de participación estatal. En el caso del Banco Nación, por ejemplo, fue retirado de la Ley Bases, aunque el Gobierno no se da por vencido en su intento de venta y busca alternativas.

Tras la media sanción en Diputados, la duda es cuál es el atractivo ahora de las empresas que el Gobierno quiere privatizar. En algunos casos, como el de Radio y Televisión Argentina, trascendió que el interés es más inmobiliario -por el predio histórico de la TV Pública- que el del negocio de medios. 

Hay otras empresas, como Enarsa -a pérdida por los subsidios del gas- o YCRT que no generan interés de mercado como tal según los especialistas, salvo por sus bienes. Enarsa tiene dos centrales térmicas y las concesiones de los gasoductos Kirchner y GNEA. «Venden los activos que tiene, alguna cosita más y luego la cierran», estimó un especialista del sector sobre el futuro de la empresa.

  Otros casos son las empresas que ya fueron privatizaciones fallidas, como el Correo -que tuvo su pasado privado en manos de la familia de Mauricio Macri-, Aguas o la operatoria de trenes.   

Para José Segura, economista jefe de PwC Argentina, los sectores que más interés generan son «a priori los relacionados con energía, transportes de carga y algunos servicios públicos. Pero nuevamente, va a depender de la inversión que se le requiera, de los pasivos que se deban asumir (como por ejemplo los laborales) y la tarifa/retribución». 

En ese sentido, «todo dependerá de las condiciones en que se licite la venta o concesión. Hoy no hay detalle aún de eso», aclaró.

Las tendencias de la inversión mundial

Las cifras de la OCDE se conocieron en la previa a su reunión anual, de la que participarán el secretario de Finanzas Pablo Quirno y la canciller Diana Mondino.   

A nivel mundial los flujos de IED cayeron un 7% en 2023, a u$s 1.3 billones, lo que mantuvo una tendencia a la baja y por debajo de los niveles prepandémicos por segundo año consecutivo.

«En 2023 se registraron caídas en más de dos tercios de las economías de la OCDE y en otros países, en particular China, que recibieron flujos de IED en niveles récord en un contexto general de tensiones geopolíticas y altas tasas de interés», detalló el informe.

En general, los flujos de IED en las economías del G20 no pertenecientes a la OCDE cayeron un 46% en 2023.

A pesar de esta tendencia general a la baja, Estados Unidos, Brasil y Canadá fueron los tres principales destinos de IED a nivel mundial en 2023. Brasil casi triplicó lo recibido por Argentina el año pasado, con inversiones por u$s 63.000 millones.

«Los flujos de capital de la OCDE se mantuvieron por debajo de cualquier nivel registrado desde 2005, reflejando en parte una desaceleración en la nueva actividad inversora«, sostiene el organismo.

La actividad de fusiones y adquisiciones (M&A) transfronterizas continuó con una tendencia a la baja, alcanzando en 2023 un mínimo histórico de diez años, «a medida que el entorno económico y geopolítico general seguía deteriorándose».

En general, la actividad inversora totalmente nueva (greenfield) se estancó en 2023, aunque las tendencias divergieron entre las economías avanzadas (EA) y las economías emergentes y en desarrollo (EMDE). Los gastos de capital y el número de proyectos anunciados cayeron alrededor de un 20% en las economías avanzadas, mientras que aumentaron un 21% y un 9% en las EMED, respectivamente.

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