El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibió ayer el alta luego de haber sido internado el domingo por la complicación de un cuadro gastrointestinal agudo que derivó en una lipotimia. Sin haberse tornado en un asunto de mayor gravedad, el funcionario salió luego un día de observación y se retiró con un auto oficial para continuar con su recuperación en su domicilio.
Francos salió de la clínica Sagrada Familia, ubicado en el barrio porteño de Belgrano, pasadas las 17 horas del lunes. «Por prescripción médica no me atosiguen», bromeó con los medios presentes al momento del alta.
El jefe de Gabinete prevé retomar su agenda diaria a partir de mañana o a más tardar el jueves, por lo que tendría asegurado esta jornada para terminar de reponerse de la internación hospitalaria.
Por esta situación, Francos no pudo retomar sus tareas de gestión al comienzo de esta semana, debiendo ausentarse de la reunión entre funcionarios del gobierno, diputados de La Libertad Avanza y opositores dialoguistas que pretendían coordinar y articular la agenda legislativa del oficialismo para las próximas jornadas.
Ante esa circunstancia, quienes presidieron la reunión fueron la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán.
Entre los diversos temas de conversación, ambos funcionarios escucharon el pedido de los diputados del PRO, Cristian Ritondo, Silvia Lospennato y Silvana Giudici, de rever la redacción del decreto reglamentario de la Ley de Acceso a la Información Pública, criticado por amplios sectores opositores por «no respetar el espíritu de la ley».
En esos términos se refirieron los legisladores amarillos al salir de ese encuentro. Según trascendió, Karina Milei dio el visto bueno para avanzar con una mesa técnica con especialistas de distintos partidos para mejorar la redacción de la reglamentación, algo que Francos había dado la posibilidad de que sucediera cuando compareció en su informe de gestión ante la Cámara de Diputados la semana pasada.
Durante la sesión informativa, Francos anticipó que se «modificará el decreto si fuera necesario; haremos las consultas, estamos dispuestos a analizarlo y que ustedes puedan entender desde el lado de la administración cuáles son las dificultades que vemos y que encontramos para acceder a todos los requerimientos, pero sabemos que es un principio constitucional que está en los tratados», añadió.
Esa declaración hecha por Francos fue fuertemente contrastada con lo que dejaron trascender cerca del asesor presidencial Santiago Caputo, quien afirmó que bajo ningún aspecto estaba bajo en revisión esa normativa. Esa línea discursiva fue la que mantuvo en su conferencia de prensa del último viernes el vocero presidencial Manuel Adorni, que, además, desmintió algún tipo de interna entre ambos alfiles del gobierno.
Cerca del jefe de Gabinete afirman que su respuesta fue protocolar y que no quiso dejar lugar a dudas que la redacción del decreto debía mantenerse. «Es todo humo», afirman ante los trascendidos periodísticos que hablan de un malestar con la desautorización pública que sufrió, algo que sería, supuestamente, constante dentro de la dinámica de la gestión.
«Continúo en el cargo», afirmó ayer Francos tras salir de la clínica Sagrada Familia. Las consultas periodísticas se debían, justamente, por el asedio de las versiones que marcan un presunto malestar con la marcha del gobierno. En Casa Rosada afirman que estos relatos no tienen asidero, así como «los que salían a comienzos de la gestión, que decían que iba a renunciar como ministro para irse de embajador».
«Mensaje a los operadores mediáticos al servicio de intereses políticos disfrazados de periodistas: si creen que se van a llevar puesto al jefe de Gabinete permítanme decirles que les va a fallar el operativo», tuiteó ayer la cuenta de X @bprearg, que se le atribuye a Caputo.
Casualmente, cinco minutos después de su publicación se lo vio al asesor circular por el Patio de las Palmeras para salir de la Casa Rosada, sin querer emitir declaraciones a los periodistas acreditados. Dos semanas atrás, tanto Caputo como Francos habían sido puntas de lanza de varias notas que los marcaban como apuntados por Milei o su círculo por su desempeño. Desde el entorno de Javier Milei decidieron desmentir cualquier encontronazo.
En ese momento, se juzgaban las derrotas legislativas que había tenido La Libertad Avanza en ambas cámaras por los proyectos de fondos reservados de la SIDE y de movilidad jubilatoria, ambas con resultados adversos para el Gobierno.
En medio del asedio, se lo escuchó al asesor presidencial en uno de los pasillos de la Casa de Gobierno esgrimiendo una férrea defensa del ministro coordinador: «No hay una sola persona más en este Gobierno más interesada en que Guillermo termine sus funciones a la par del Presidente que yo».
El apoyo del monotributista plenipotenciario no implica que el jefe de Gabinete no pudiera estar disconforme con las metodologías del denominado «triángulo de hierro» libertario. Aun así, El Cronista no pudo constatar esas versiones en particular.