“La mayor meta que me propongo es ser Presidente de la Argentina”, escribió Juanita Milagros Sirimarco Díaz, la chica de 13 años, que falleció en el hospital pediátrico Fernando Barreyro, en Misiones, al volver de su viaje de egresados en Córdoba. La maestra que dicta el curso de ingreso para la secundaria, Gabriela Petit, contó que la adolescente le entregó una carta tres semanas atrás durante el primer día de clases. “Ella era vecina y amiga de mis hijos porque tienen la misma edad”, contó y afirmó que esta mañana, en el acto que se realizó para despedir a Juanita, le entregó el escrito a sus padres.
En una de sus últimas cartas, la adolescente -que cumplió 13 años el lunes pasado- contó algunos de los proyectos que tenía para los próximos años. “Voy a dedicar toda mi vida a esto; si no lo cumplo habré desperdiciado toda mi vida”, aseguró sobre su deseo de llegar a la Casa Rosada.
“Me llamo Juanita Milagros Sirimarco Díaz, tengo 12 años y vengo de la escuela ICRA [Instituto Cristiano República Argentina]. Mi materia favorita es matemática y la que más me dificulta es lengua. Fuera de la escuela practico karate, básquet, ballet, ajedrez e inglés. Soy excelente en todo lo que hago y, aunque suene mal, es la verdad porque me esfuerzo en todo y trato de ser la mejor versión de mí”, comienza el escrito.
Y continúa con detalles sobre su futuro profesional: “Me encanta leer, en especial libros de política. Luego de ingresar a la industrial voy a estudiar economía y arquitectura en la facultad. La mayor meta que me propongo es ser Presidente de la Argentina. Voy a dedicar toda mi vida a esto; si no lo cumplo, habré desperdiciado toda mi vida”. “Este pensamiento me ayuda a no rendirme y seguir estudiando”, concluyó.
“Hoy tengo en mis manos las últimas palabras que escribió el primer día de clases. Nunca imaginé que estas líneas serían un testimonio de sus sueños, sus objetivos y de todo lo que esperaba del futuro. Mi corazón está lleno de dolor y angustia por su partida. Juani fue una luz en el aula, y su ausencia deja un vacío imposible de llenar”, sostuvo la docente en su cuenta de Facebook.
La maestra de Juanita sumó, en la descripción del posteo: “Esta noche, entre lágrimas, me encuentro sosteniendo en mis manos sus palabras, esas que compartió con tanto entusiasmo el primer día de clases, preparándose para ingresar a la secundaria. Juanita Milagros Sirimarco Díaz, tenía 13 años y tantos sueños por delante: ser presidenta de la Nación, estudiar arquitectura, y nunca rendirse porque, como bien expresa ‘no quiero haber desperdiciado toda mi vida’. Leía libros de política, practicaba artes marciales y daba lo mejor en todo. Conocerla fue un regalo que siempre atesoraré”. Y completó: “Hoy me invade el dolor de saber que esos sueños quedaron sin cumplir, pero su luz, su energía y sus ganas de ser la mejor versión de si misma seguirán viviendo en todos los que te conocimos. Descansa en paz, querida Juani”.
En el acto de despedida que se realizó este domingo por la mañana en La Cascada de la Avenida Costanera, Misiones, Claudio Sirimarco, el papá de Juanita, habló con los medios y expresó: “Era una nena buena, cariñosa, amable… las personas que la conocían, automáticamente la querían, no había forma de que no la quisieran; por eso está toda esta gente acá”, empezó. Y añadió: “Hay gente que yo no conozco y, probablemente, ella tampoco conocía y la querían. Al margen de todas las habilidades que tenía, de pintar, de hacer deportes, lo más importante y lo que yo quería era que ella fuera buena gente”.
Ramón Delgado, uno de los primeros profesores de Karate de la adolescente, contó: “Yo la conocí cuando tenía seis años, en las primeras clases tenía un nivel técnico muy bueno, yo la recuerdo muy bien porque de criatura estuvo conmigo, era una chiquita muy amable”. Una profesora de ingles del instituto al que asistía destacó “lo excelente alumna que era” y subrayó “lo excelente persona que era, era una destacada persona en su bondad absoluta y extrema para con todos”. Otra docente sumó: “La vamos a recordar como lo que ella era, una niña con una sonrisa muy pura y muy sana”.
Por último, Elva Da Silva, directora del ICRA, explicó que estos viajes suelen ser organizados por los padres de los alumnos y no por el colegio aunque aclaró que, en esta oportunidad, una profesora de portugués los acompañó. “Lo que hicimos fue darle el permiso para que viaje y poner suplentes a los chicos que no fueron”, dijo y subrayó que “pidió informes de todos los lugares a los que fueron, a la empresa” y la maestra “esta dispuesta a pasar por una investigación, lo que corresponde”.