Horas antes de que Javier Milei presida su acto de asunción en la Casa Rosada, el flamante canciller Gerardo Werthein le pidió a todos los secretarios y subsecretarios de la Cancillería que presenten su carta de renuncia. La iniciativa se enmarca dentro de la solicitud que le hizo el Presidente para que reduzca a la mitad el cuerpo diplomático.
Se trata de la primera medida que se le conoce en calidad de ministro de Relaciones Exteriores y Culto en reemplazo de Diana Mondino, que la semana pasada fue desplazada de su cargo después de que la delegación argentina en las Naciones Unidas votara en contra del embargo a Cuba.
El pedido de renuncia abarcó a toda la plana mayor de la Cancillería. En vez de hacerlo de manera individual, la solicitud fue general para esos funcionarios de rango. Después se hará la selección de quiénes pueden quedarse, aunque el listado es exiguo: el único que ya se sabe de antemano que se quedará es el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, de extrema confianza del triángulo de hierro libertario.
El secretario de Relaciones Exteriores, Eduardo Bustamante, también es abarcado por la medida. Esto surge a pesar de que con Werthein se habían reunido por estos días y habían tenido varios contactos para ajustar los próximos pasos de la política exterior en el contexto de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
El vicecanciller entró hace semanas en reemplazo de Leopoldo Sahores, uno de los primeros pesos pesados de la Cancillería en ser despedidos por la falta de apoyo de la mesa chica libertaria. Aunque su salida sería un hecho, aún no está confirmado que suceda. Si así fuera es porque lo asignan como uno de los responsables por avalar el voto en la Asamblea de las Naciones Unidas.
A diferencia de Sahores, Bustamante es uno de los funcionarios que entró con el proceso de auditorías al interior de la Cancillería ya iniciado. Su salida se produciría a pesar de que la mesa chica libertaria era consciente de su nombramiento. Otra gran parte de los secretarios y subsecretarios venían de la época en la que Jorge Faurie le armó los equipos de Cancillería a la entonces ministra designada. Todos ellos ya están o estarán afuera en cuestión de días.
El Presidente fue enfático al decir que busca echar «a todos» los involucrados en la decisión de votar a favor de Cuba. «Todas las personas involucradas en esa decisión estoy para echarlas. Directamente son traidores a la patria. Estamos viendo el formato legal por el cual echarlos y hacerlos pagar«, dijo esta mañana al ser entrevistado por su pareja, Amalia «Yuyito» González.
«No solo que eso le costó el puesto a Mondino, sino que estamos haciendo un trabajo donde todos los responsables de esto van a ser sumariados y echados«, explicó Milei. Esa postura pública coincide con la descripción que Werthein hizo sobre su futura gestión ministerial: la de «modernizar» la gestión de la Cancillería y que todo el equipo diplomático esté «alineado con la visión» del Presidente.
Hay dos puntos clave al respecto de esto último. En la Casa Rosada dejaron trascender de que el Presidente pretende de que se despidan a la mitad de los trabajadores del servicio exterior. El plan oficial es contribuir a ese número mediante el cierre de las embajadas en los que no haya un «interés comercial significativo» para la Argentina.
Según el último informe de Dotación de personal elaborado por el INDEC, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto tiene un total de 2760 empleados, de los cuáles 2558 pertenecen al personal en convenio colectivo de trabajo.
