Un enfermero del Hospital Justo José de Urquiza, en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay, y su hermano fueron detenidos en las últimas horas acusados de comercializar fentanilo y otras drogas a través de la aplicación de mensajería Telegram.
Las sustancias, empleadas en procedimientos médicos pero catalogadas como estupefacientes, se vendían a 35.000 pesos por ampolla y su distribución -en ocasiones- se llevaba a cabo en las ambulancias del hospital público donde el sujeto trabajaba.
La investigación fue liderada por la fiscal federal Josefina Minatta, quien contó con el apoyo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), a cargo de Diego Iglesias. Según el comunicado del Ministerio Público Fiscal, en la pesquisa se implementó un “agente revelador”, el cual fue clave para descubrir la red de distribución ilegal.
Se determinó que el enfermero, aprovechando su puesto en el hospital, “sustraía de la cadena lícita de distribución interna del hospital esas drogas, destinadas a intervenciones quirúrgicas y a otros procedimientos médicos, para comercializarlas a terceros a través de la plataforma Telegram”, según indica el comunicado publicado en el portal fiscales.gob.ar.
El hombre contaba con la ayuda de su hermano para llevar a cabo las maniobras, quien también fue imputado. Ambos permanecen detenidos por orden del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, a cargo de la jueza Analía Graciela Ramponi, y son investigados por “tráfico ilícito de estupefacientes en la modalidad de comercio”.
También se ordenó el allanamiento de los domicilios de los acusados y del hospital donde trabajaba el enfermero, con el propósito de rastrear la cadena de distribución de las drogas. Se busca esclarecer cómo se realizaba la sustracción y el desvío de los estupefacientes, y en qué momento los imputados se involucraron.
Durante los operativos realizados por la División Unidad Operativa Federal (DUOF) de la Policía Federal, se incautaron 60 ampollas de fentanilo, que formaban parte de una venta acordada con el “agente revelador”.
Asimismo, se encontraron otras drogas que los imputados comercializaban de la misma manera, como risperidona, carbamazepina y lorazepam, entre otras. De acuerdo a la investigación, cada ampolla se vendía por un precio aproximado de 35.000 pesos.
La fiscalía informó que la investigación continúa para identificar a otras personas involucradas en la cadena de comercialización ilícita y establecer posibles responsabilidades de quienes tenían a su cargo la supervisión de los estupefacientes dentro de la institución médica.
El fentanilo es un opiáceo sintético extremadamente potente, usado en el ámbito médico como analgésico y, a veces, como sustituto de la morfina. Su alta potencia lo convierte en una droga de alto riesgo, siendo hasta 100 veces más fuerte que la heroína, según la Guía de Buenas Prácticas en Materia de Drogas de la Red de Fiscales Antidrogas (RFAI). Su capacidad para causar adicción y sobredosis es enorme.
La proliferación de fentanilo y su variante, el carfentanilo (100 veces más potente que el fentanilo), generó una preocupación creciente debido a los riesgos que implican para la salud pública. Estos opioides, que suele mezclarse con otras sustancias, pueden causar graves daños a los consumidores, y su uso incontrolado provocó un aumento de adicciones y muertes.
Un ejemplo trágico de las consecuencias de su abuso ocurrió en un partido del Gran Buenos Aires en febrero de 2022, cuando una partida de cocaína adulterada con carfentanilo provocó la muerte de 24 personas y dejó más de 80 internados.