La decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires sacudió el tablero político de La Libertad Avanza (LLA) y Pro en la base territorial del peronismo. Si bien los ingenieros electorales de las fuerzas de Javier Milei y Mauricio Macri descontaban hace varias semanas que el gobernador bonaerense iba a separar los comicios locales de los nacionales para desafiar abiertamente a Cristina Kirchner, la jugada ya provoca efectos en la reconfiguración del mapa de la oposición al PJ en el distrito más poblado del país.
En primer lugar, el anuncio que hizo el pasado lunes Kicillof en La Plata acelera las negociaciones entre los delegados de Milei en Buenos Aires y dirigentes de peso de la tropa de acuerdistas de Pro –Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro–, entre otros, para que violetas y amarrillos confluyan en las urnas en los comicios en la provincia, que volverá a ser el escenario principal de las disputas por el poder.
En el cuartel general de Pro y en el campamento de LLA concuerdan en un punto: más allá del desenlace de la férrea pulseada en la Capital del 18 de mayo próximo, una elección donde los Macri arriesgan mucho, libertarios y amarillos se encaminan por estas horas a construir un esquema que les permita converger en Buenos Aires. Todavía no está definido cuál será la fórmula que les permitirá zanjar las diferencias para confluir en las listas. No obstante, tanto los operadores de LLA como los inventores de Pro admiten que, en caso de que no haya fumata blanca y el peronismo mantenga la unidad –la mayoría de los referentes territoriales asumen que la feroz pelea entre Kicillof y Cristina Kirchner no terminará en una ruptura–, las posibilidades de un éxito opositor en el vasto territorio bonaerense serán mínimas. En concreto, el desdoblamiento refuerza la chance de que LLA y Pro lleguen a un entendimiento.
A dos semanas de la cumbre con los Milei en la Casa Rosada, Ritondo y Santilli comenzaron a acelerar las conversaciones para delinear una oferta electoral conjunta con los libertarios. Este martes, Ritondo, jefe de Pro en la provincia, y Sebastián Pareja, articulador de Karina Milei y titular de LLA en Buenos Aires, intercambiaron guiños a través de las redes sociales. No fue casual. Interpretaron que era hora de dar señales. En rigor, querían esperar que decantara la foto con los Milei en el despacho de la Secretaría General de la Presidencia y, sobre todo, atravesar las tensiones por el cierre de listas en la ciudad. El fin de semana, Montenegro ya había enviado un mensaje de armonía y concordia en plena guerra porteña: se mostró junto a Alejandro Carrancio, mano derecha de Pareja, en Mar del Plata.
El pacto está encaminado, pero aún no lo cerraron. “Lo estamos llevando como dirigentes políticos, sin extorsiones”, dicen en las filas de Pro. ¿Estorban las intromisiones de Macri o sus críticas a la Casa Rosada?
Por lo pronto, los libertarios insisten en que no habrá un acuerdo institucional, como pretende Mauricio Macri, para construir un frente electoral común o una alianza, similar al modelo de Juntos por el Cambio. Karina Milei y los suyos solo verían con buenos ojos que Santilli, Ritondo o Montenegro aporten dirigentes para fortalecer las listas de LLA. Es la táctica de la fusión, que ya utilizaron para incorporar a Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, o los feligreses de Patricia Bullrich en Buenos Aires. Santilli propuso replicar la receta que aplicaron Macri y Sergio Massa en 2013 para enfrentar a Néstor Kirchner. En ese hipotético escenario, Pro prescindiría de su sello y filtraría candidatos competitivos en puestos codiciados de las nóminas de LLA. Además, se garantizarían acuerdos en los distritos que son gestionados por intendentes de Pro. “No sabemos si van a poder seguir sosteniendo esa idea. Dependerá de la economía; el Gobierno le viene errando a todo”, dice uno de los dirigentes de Pro que teje para que las negociaciones lleguen a buen puerto.
En rigor, los altos mandos del macrismo asumen que el desdoblamiento fortalece la posición de los partidos que tienen estructura territorial en Buenos Aires. Dado que LLA deberá medir fuerzas con el aparto peronista, especulan, los Milei tendrán una necesidad mayor de explorar pactos con Pro o el sector de la UCR que responde a Maximiliano Abad, dos partidos que cuentan con intendentes. Dicho de otro modo, presumen que LLA requerirá de artefactos de poder con capilaridad en las ocho secciones electorales. “Van a necesitar figuras conocidas”, se jactan en Pro.
La amenaza de Cristina Kirchner de jugar en la tercera, el gran bastión del PJ, inquieta a macristas y libertarios. “Con el desdoblamiento cambió la elección”, admite uno de los popes del radicalismo.
Entre los acuerdistas de Pro hay distintos diagnósticos sobre las secuelas que dejará la pelea en el seno del PJ. “Estamos entrando en una nueva trampa. Van a dejar las PASO y van a ir a internas. Después se unen”, vaticina uno de los dirigentes más experimentados de Pro. El hecho de que Kicillof haya enviado el proyecto para suspender las primarias bonaerenses al Senado, donde no tiene los votos, hizo incrementar los resquemores. Además, los amarrillos desconfían de las fechas que eligió Kicillof en el calendario electoral de Buenos Aires. Tanto el 13 de julio como el 7 de septiembre, elucubran, son épocas de receso o vacaciones de invierno que podrían generar una merma en los votantes de Milei. Los libertarios descartan esas lecturas: creen que será una disputa de “marcas” y confían en la potencia del sello de LLA: “La madre de todas las batallas va a ser la Capital”, aventura uno de los armadores de Karina Milei.
Abocado a la campaña porteña, Macri mira de reojo los movimientos de Ritondo y Santilli, promotores del acuerdo en Buenos Aires. Los más irritados con los coqueteos en el terruño bonaerense son los soldados fieles de Jorge Macri, quien asume que la diferencia entre su boleta y la de los libertarios en la compulsa porteña del 18 de mayo sellará su suerte. El lunes último, en diálogo con A24, el titular de Pro volvió a dar su bendición a un eventual acuerdo en Buenos Aires. Dijo que está dispuesto a hacer “una alianza” en la provincia y que su vocación es “trabajar en conjunto” con Milei.
“En la provincia decidimos ir con ellos [por LLA]. Mauricio tiene la chance de subirse al proceso y decir: lo conduje yo. Su entorno debe adecuarse a que asesoran a un expresidente. No hay una discusión de pares con Milei”, evalúa uno de los alfiles de Pro en el distrito.
No obstante, Macri insistió en que es necesario discutir la agenda programática –lo que denomina como el “para qué”– antes de “porotear” lugares en las listas. Molesto con la actitud de los laderos de Karina Milei en la ciudad –volvió a responsabilizar a LLA por el fallido acuerdo en el distrito porteño–, se mostró escéptico respecto del resultado de las tratativas en Buenos Aires. “No se avanzó absolutamente nada [desde la foto en la Casa Rosada]”, lanzó.
Macri repite como un mantra que Pro hará “lo correcto”, no lo “conveniente”, pese al destrato que sufrió por parte de los Milei y del asesor todoterreno Santiago Caputo, el gran titiritero del relato oficial. No digiere que hayan decidido desafiarlo en su emblemático bastión, sobre todo, después de que Pro haya auxiliado a Milei en votaciones cruciales en el Congreso. De hecho, en la sesión de este martes en Diputados, el bloque amarillo en Diputados volvió a actuar en sintonía con los intereses de la Casa Rosada. Con la excepción del larretista Héctor Baldassi, los macristas votaron en contra de la creación de una comisión investigadora por el escándalo sobre la criptomoneda $LIBRA. De la misma forma se habían expresado en el Senado antes del inicio de las sesiones ordinarias. Está claro que Macri no tenía margen para reclamarles que confronten. “Si lo pedía, iba a haber quilombo”, dicen.