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Hacia dónde se dirige la UCR

Juan Manuel Casella resumió la decadencia del radicalismo como el corolario del descenso cultural de los propios dirigentes que conducen no solo los destinos del centenario partido sino de los otros partidos en general. La escandalosa interna radical bonaerense deberá volver a realizarse en seis municipios cuyos resultados mostraron increíbles inconsistencias. 

En un agasajo a los periodistas ante los agravios y ataques a la libertad de expresión y del trabajador de prensa por parte del gobierno nacional y de Javier Milei en particular, Casella también dio un mensaje indirecto para el futuro inmediato no solo de su partido sino, también, del PRO, fuerza con la que se aliaron hace casi una década.

“Desde el Pacto de Olivos, donde se terminó el bipartidismo, la Unión Cívica Radical perdió la claridad conceptual. Nos mimetizamos con el poder de turno, aunque éramos opositores a Carlos Menem”, recordó. Luego, explicó que en las sucesivas alianzas realizadas fue perdiendo buena parte de su esencia y trascendencia hasta terminar en Cambiemos, ya que con “Mauricio Macri, directamente, no teníamos nada que ver”.

En la Fundación Ricardo Rojas, un antiguo faro de ideas y proyectos, hoy solo mantenido por la pasión de veteranos y veteranas militantes, Casella convocó a todos, pero fueron pocos, casi todos sus amigos y viejos conocidos del oficio del cual también vivió su padre, tal cual él lo contó. Un llamado en defensa de la libertad de prensa y un pedido de freno ante los ataques pasó inadvertido, lamentablemente, para cientos de anoticiados, a pesar de haber sido el único ámbito político cultural que se expidió por el tema.

La ocasión sirvió también para que el ex legislador nacional y exministro de Trabajo pusiera el dedo en la llaga sobre los partidos que pueden quedar absorbidos por Javier Milei y su Libertad Avanza. “Con el fin de sobrevivir acordamos con otras fuerzas. Hoy no tenemos ninguna injerencia en la discusión nacional”, sostuvo.

Muchos de los presentes le preguntaban cómo iban a hacer para adecuarse a los nuevos tiempos y a las redes sociales. “Lo más preocupante no es cómo vamos a comunicar. Lo penoso es que no tenemos es nada que comunicar. ¿Qué idea tiene la UCR? ¿Qué proponemos en materia económica, educativa y social para después que termine este proceso que armó Milei?” se preguntaba sin tener la respuesta adecuada Casella.

Mientras se discutían ideas, se preguntaban por las libertades cercenadas y los casos de auto censura ya observados en los medios y en la discusión política, que no se expone para evitar ser “acribillados” por los trolls oficialistas, la Justicia Electoral de la Provincia de Buenos Aires daba otra estocada en el descalabro partidario en el que está la Unión Cívica Radical bonaerense que aún no pudo saber quién ganó la interna realizada a fines del año pasado.

El Juez Federal con alcance electoral, Alejo Ramos Padilla, sentenció que deben realizarse nuevas elecciones en La Matanza, Ezeiza, Quilmes, General San Martín, General Pueyrredón y Quilmes, donde se observaron notorias malversaciones de datos y cómputos asombrosos que triplicaban la media de las mesas promedio.

Juan Manuel Casella

La decisión judicial le cae en el peor momento a los radicales. Los pone en un aprieto extremo ante el inminente de cierre de alianzas electorales. “Tenemos el cierre de listas, las alianzas y la interna de por medio, todo un despropósito. Seguro que alguien apelará el fallo y estirará la definición”, explicó un especialista en “radicalandia”.

La Unión Cívica Radical, nuevamente, se enfrenta a un dilema histórico que lo atraviesa. Hacia donde dirigirse, si del centro a la derecha o a la izquierda. Milei o el Movimiento Derecho Al Futuro de Axel Kicillof los están llamando. Por eso Casella insiste. “No es cómo comuniquemos, sino qué comunicar. La degradación de los dirigentes no ayuda”.