No pasaron 24 horas desde que la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner y, a pesar de la conmoción política que se generó y de los llamados de la unidad que se multiplicaron, los escasos 30 días para presentar listas en la Provincia son un límite que todos siguen mirando de reojo en el peronismo.
Ese estado lo resumió el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, cuando dijo que se encontró «con Cristina hace una semana para hablar de una lista conjunta» y que, si bien «en estos días se estuvo hablando de cómo hacerle frente» a la condena, «los tiempos también apremian y el plan de Milei sigue avanzando».
En amplios sectores del peronismo conviven ambas preocupaciones, la del destino de Cristina Fernández de Kirchner y el de cómo se organizará el partido para enfrentar dos elecciones: la bonaerense de septiembre, aquella en la que iba a ser candidata la expresidenta, y la nacional de octubre, donde se pone en juego una importante cantidad de diputados y senadores del Congreso nacional.
El PJ Nacional, el órgano que por ahora conduce Cristina, afirmó a través de un comunicado que la condena es «un cepo al voto popular» y que la decisión de la Corte «reviste un nivel inédito de gravedad institucional».
«La decisión de ponerle un cepo al voto popular va contra los preceptos sobre los que fundamos nuestro país y nuestra Constitución. No perjudica a una dirigente ni a un partido político en particular. Es un hecho que daña profundamente la credibilidad de las instituciones argentinas y que debe despertar el repudio de todos los espacios políticos de la Argentina», señaló el partido.
Mientras tanto, hoy por la mañana, los dirigentes que trabajan de manera más reservada coincidían en la dificultad que existe para pensar por estas horas en la estrategia electoral, pero otros, con mayor exposición, retomaron el intercambio a través de los medios.
Por ejemplo, Carlos «Carli» Bianco, el hombre de mayor confianza del Gobernador señaló que el escenario «es distinto» al de una semana atrás, pero que se deben poner en marcha la «mesa de diálogo y debate» que no sólo sea «para conformar una lista, sino para discutir política».
Quienes conocen al kicillofismo señalan una sutileza en sus voceros: desde hace algún tiempo no hablan de «lista de unidad», sino que prefieren afirmar que se trata de nóminas «conjuntas».
Por su parte la senadora de UP Anabel Fernández Sagasti dijo, entre otras cosas, que Cristina «no va a estar fuera de la cancha, va a seguir conduciendo» y que «comenzó una nueva etapa para que esta proscripción se dé vuelta». Sin embargo, sorprendió cuando afirmó que esto «hubiera sido muy distinto si Provincia no hubiera desdoblado».
«Estaríamos hablando de esto en octubre y al suceder eso (el desdoblamiento), Cristina quedó sola. Ahora se va a empezar a ver un movimiento bastante particular de la gente que no puede votar a su candidata. Hay gente que iba a tener a Cristina en la boleta y ahora no, hay que estar muy atenta a esa resistencia que se va a sentir«, dijo.
La insistencia de Sagasti sobre el error del desdoblamiento es un argumento que apareció y aparece en boca de todos los emisarios de La Cámpora para apuntar contra el Gobernador. Bianco, al respecto, señaló que esa el desdoblamiento es una facultad del gobernador y aseguró que el proceso para los comicios de septiembre está en marcha: No hay forma de no vincular la condena con la candidatura de CFK», añadió.
Consultado sobre el rumor de una abstención electoral que pobló las redes y que Fernández Sagasti insinuó, Bianco dijo que le parece «un error no ir a las elecciones» ya que «hay que asegurar el fortalecimiento del campo popular».
El peronismo tiene un antecedente claro en torno al abstencionismo. A mediados de los 60s, con el partido proscripto, los votantes del Justicialismo no participaron de los comicios que proclamaron a Arturo Illia como presidente de la Nación.
Mientras tanto, en el massismo prefirieron guardar silencio sobre ese supuesto. «Ahora hay que pensar con serenidad y seriedad en organizarnos y construir una estrategia para ganarle a este gobierno y sus aliados en las elecciones de este año, y terminar con este desgobierno de Milei en 2027. Sin dudas es con unidad, pero además con otros recursos que hay que trabajar», dijeron desde el Frente Renovador.