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El truco infalible para secar la ropa en invierno sin olor a humedad

Con la llegada del invierno, secar la ropa se convierte en un verdadero desafío en miles de hogares argentinos. La baja temperatura y la humedad ambiente dificultan el secado eficiente, y muchas veces las prendas quedan con ese típico olor a encierro. 

Sin embargo, existe un truco clásico que las abuelas usaron durante décadas y que sigue demostrando su eficacia: es simple, económico y respaldado por la ciencia.

El método de las abuelas no es solo una costumbre hogareña, sino que tiene base científica. En días fríos pero soleados y secos, la ropa puede secarse gracias a un proceso llamado sublimación, donde el agua pasa directamente del estado sólido al gaseoso. 

Colgar la ropa al aire libre durante estas condiciones climáticas permite que se evapore la humedad sin generar olores, dejando las prendas frescas y listas para guardar.


El consejo clave de las abuelas es colgar la ropa al sol y girarla “un rato de cada lado”. Esta práctica simple favorece el secado uniforme y acelera el proceso, ya que el aire circula mejor alrededor de la prenda. Además, evitan sobrecargar los tendederos, permitiendo que cada pieza tenga su espacio y se seque más rápido

Cuando el clima no acompaña y el secado al sol no es una opción, hay una alternativa casera igualmente efectiva. Realizar un segundo centrifugado con una toalla seca dentro del tambor del lavarropas

La toalla absorbe el exceso de humedad de la ropa, permitiendo un secado más rápido en el interior del hogar.


Para evitar el olor a humedad al secar la ropa en interiores, lo ideal es usar perchas y distribuir las prendas en diferentes zonas de la casa. Cuanto más espacio y ventilación, mejor. Si es posible, colocarlas cerca de una estufa (apagada recientemente) También se recomienda evitar ambientes cerrados o con poca circulación de aire.