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Luis Petri tendrá una visita oficial al Pentágono

El ministro de Defensa Luis Petri se reunirá el miércoles con el titular del PentágonoPeter Hegseth.

El 7 de octubre de 2024, en una llamada telefónica desde el Pentágono, fue la única vez que el mendocino habló con un secretario de Defensa estadounidense por entonces, Lloyd J. Austin III, que agradeció la adhesión de Argentina al Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania (Grupo Ramstein).

La asunción de Javier Milei modificó el vínculo con los Estados Unidos, retornó el diálogo en temas sensibles de estrategia y cooperación militar a caballo de “la adquisición más importante de décadas”; como resalta una y otra vez Petri por la incorporación de 24 cazas supersónicos de origen estadounidense F-16B actualizados al nivel de los países más desarrollados en defensa.

Es el primer contacto face to face de alto nivel con el jefe del Departamento de Defensa; al que Trump busca renombrar: “de Guerra”; en una coyuntura propicia para intercambiar visiones por el conflicto en Medio Oriente y su repercusión en América Latina.

El país tras el atentado a la AMIA en 1994 no debería dudar de qué lado de la cerca está, aunque hay corrientes políticas domésticas; “proxys conceptuales” del régimen iraní que pregonan en contrario.

Acompaña a Petri el secretario de Asuntos Internacionales, Juan Battaleme, responsable de gestionar y trazar las líneas de la agenda formal: modernización militar, cooperación en ejercitaciones; ampliar la participación argentina en ejercicios combinados con Estados Unidos como el UNITAS e intensificar maniobras con fuerzas especiales en climas adversos, tanto en el sur como en el norte del país; y, una novedad, cómo puede colaborar la defensa argentina con el lema “la paz a través de la fuerza”, consigna que rememoró Donald Trump a propósito de poner fin a la escalada entre Israel e Irán con un ataque sobre instalaciones nucleares iraníes que dio lugar a un alto el fuego.

Es un hecho que el jefe del Pentágono comentará a Petri el éxito de la Operación Martillo de Medianoche, dirigida por el presidente Trump, el 21 de junio pasado, contra objetivos nucleares de Irán.

El lanzamiento de 14 bombas GBU-57 a cargo de aviones furtivos B-2 Spirit sobre el complejo Fordow y una segunda instalación nuclear, destruyó las estructuras de enriquecimiento de uranio.

Se afirma que la operación hizo retroceder los esfuerzos nucleares iraníes por años e impidió que ese país desarrolle un arma atómica, aunque Teherán niega que tuviera tal objetivo.

El diplomático argentino Rafael Grossi, jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU afirmó el sábado a una cadena de noticias que Irán podría tener «en cuestión de meses… unas cuantas centrifugadoras girando y produciendo uranio enriquecido».

Esa es otra guerra en progreso, la de la información masiva que circula en redes sociales y plataformas periodísticas orientando (intoxicando) hacia uno y otro lado, según convenga, el resultado y propósito del ataque estadounidense y la respuesta iraní.

Escenario oportuno para monitorear la marcha del compromiso de Estados Unidos de continuar cooperando en ciberseguridad atento al memorándum firmado en marzo de 2024 entre el embajador Marc Stanley y Petri para avanzar en asuntos de ciberdefensa y proteger el dominio digital.

Es una tarea de interés del sistema de inteligencia militar nacional en un contexto de alta probabilidad de intrusiones como ya sucedió en registros informáticos del Ejército Argentino con el robo de una base de datos personales de más de 50 mil uniformados.

Petri pondrá sobre la mesa un eje prioritario, la renovación del componente mecanizado (blindados) sobre una oferta de vehículos 8×8 Stryker en su versión M1126 Infantry Carrier Vehicle a través del programa FMS (Foreign Military Sales).

FMS es un programa de gobierno a gobierno por el que el Departamento de Defensa a través de la Agencia de Seguridad y Cooperación para la Defensa del gobierno de los EEUU facilita a aliados la adquisición de equipamiento, servicios y entrenamiento militar.

El usuario será el Ejército Argentino y el plan es que la adquisición se haga en etapas; una modesta de 8 unidades y luego en secuencia anual otra de 27 hasta llegar a los 150 blindados en total.

La cadencia respondería a disponibilidad de recursos conforme la marcha de la economía y la voluntad del ministro Luis Caputo.

Con optimismo, el mandamás de la Defensa espera poder anunciar en su encuentro con Hegseth la fecha cierta de llegada al país del primer lote de blindados Stryker.

El 3 de junio pasado ante los legisladores de la Comisión de Defensa de la Cámara baja Petri dijo categórico: “Los vamos a adquirir nosotros. Les garantizo que los vehículos blindados a rueda los vamos a adquirir nosotros…»

La incorporación de estos blindados 8×8 apunta a dotar a la Fuerza de Despliegue rápido y otras unidades con vehículos de transporte seguros y aptos para movilidad en nieve, barro y arena.