El expresidente provisional del Senado y actual representante de la Unidad G20, Federico Pinedo, dio un análisis de lo que atraviesa el país en una entrevista exclusiva con MDZ. Vio con ojos optimistas la alianza del PRO con La Libertad Avanza en Provincia, analizó los conflictos que se desarrollan afuera y adentro del Congreso, y recordó cuando se intentó frenar parlamentariamente la estatización de YPF.
«Primero fue una confiscación. Vino Axel Kicillof y se apropió de la empresa sin tener ni siquiera la apropiación. Sacó a los dirigentes de la empresa, se pusieron ellos en los escritorios, un Estado de derecho», rememoró Pinedo. Luego, añadió: «Fuimos 30 los que votamos en contra de la estatización de YPF, diciendo que no se pueden violar todas las reglas, compromisos, contratos, estatutos, leyes, Constitución. Tenemos la tranquilidad chiquita de haber hecho lo correcto».
– Quería arrancar hablando lo que es el PRO hoy, su situación. ¿Sigue siendo un partido autónomo o ya ha sido tomado por la libertad?
– El PRO se definía como un partido de poder y cambio. Eso era. Ahora perdió el poder, entonces requiere que formule un nuevo objetivo estratégico, una visión de a dónde queremos llevar al país para que podamos convocar a la gente a lograr ese objetivo.
– ¿Pero hay posibilidad de que se reconstruya?
– Depende del liderazgo. La política tiene, como diría el general Perón, tiene una cosa de conducción, si el conductor marca un rumbo y un objetivo, la gente forma parte de un proyecto político y eso es hacer política. Pero está un poco difuso en mi opinión. Yo no estoy en la cosa partidaria, no tengo ningún cargo partidario, no participo mucho en esa discusión, pero veo confusión.
– ¿Tiene relación con Mauricio Macri?
– Sí, yo soy amigo de él, sí. Fui colaborador estrecho mucho tiempo. Y le tengo simpatía.
– ¿Cuál es el rol que él debería tomar?
– Yo creo que debería convocar a una mesa de gente relevante para elegir un rumbo y tomarlo. Gente que ocupa determinadas posiciones como los gobernadores o los presidentes de los bloques del Congreso.
– ¿Y sobre el frente con La Libertad Avanza en Provincia, está de acuerdo?
– Totalmente. Yo creo que en el gobierno nacional del presidente Milei hay una cosa que tiene clara, que yo comparto 100%, siempre compartí, que el problema número uno de la Argentina es la inflación. Parece una cosa técnica la inflación, pero la verdad es que es un mecanismo de destrucción de las relaciones sociales. Vos te relacionas con otras personas con el lenguaje, ponele que te desarticulen todo el lenguaje y que todas las palabras que vos decís signifiquen otra cosa, sería imposible de interactuar con los demás. Y la inflación es eso, te degrada el valor de la moneda. El presidente lo tiene claro, atacó frontalmente a la inflación y me parece que estamos de la mitad del río para adelante ya, pero hay que seguir nadando hasta llegar a la otra orilla. Y el PRO dijo que iba a acompañar al presidente al día siguiente de la primera vuelta, me acuerdo, estuve en esa reunión con Patricia Bullrich, donde se tomó esa decisión y después con Mauricio Macri. Queríamos que la Argentina se encauce, se estabilice, tenga las bases para crecer e incluir gente en un proceso de crecimiento. Soy funcionario del gobierno, lo represento al presidente en el grupo de los 20, un grupo internacional que está en todos los países grandes, incluido muchos muy peleados entre sí: Rusia, Estados Unidos, China, Inglaterra, Francia, Brasil, Argentina, Arabia Saudita. Estamos empujando para que lleguemos al otro lado del río. En ese contexto me parece que el acuerdo en la provincia de Buenos Aires es muy importante.
– Hoy hay una fuerte polarización entre el kirchnerismo y La Libertad Avanza. En medio de estos extremos, ¿hay lugar para la moderación? Teniendo en cuenta que el PRO siempre se mostró como un partido moderado.
– Siempre necesitas moderación, los dirigentes políticos o los estadistas o los gobernantes tienen que conducir a todo un pueblo. Tiene muchas discordancias entre sí, peleas, confrontaciones; sin embargo, hay que manejar todo junto al país con todo eso. En ese contexto, vos tenés que construir espacios de cooperación. Todos los hombres siempre tenemos dos alternativas en la vida: o cooperás o confrontás con otro, y la única manera de cooperar es tener confianza en el otro. Hay que construir espacios de confianza y razonamiento en conjunto con tu adversario para ver si podemos afrontar ciertos problemas que son de los dos, del país.
– El PRO creo que ha cooperado bastante con el Gobierno en el Congreso, pero denuncia varios destratos de parte de Milei con el partido, ¿usted ve lo mismo?
– Hubo destratos, sí. El PRO acompañó porque es lo que dijimos que íbamos a hacer, y aparte de eso porque la propuesta que ganó del PRO, yo participé muy activamente en ese equipo, fue Patricia Bullrich, cuando ganamos la primaria contra Larreta. La visión nuestra era de cambio profundo, la de Horacio era distinta, era de tratar de hacer un acuerdo con Sergio Massa, o no sé con quién.
– ¿Cómo ve al Congreso hoy? Estas últimas semanas hubo bastantes peleas, en Diputados y en el Senado.
– Yo tengo una larga experiencia parlamentaria; estuve 16 años en el Congreso, 12 en la Cámara de Diputados, siendo presidente de un bloque muy opositor al kirchnerismo, y sin embargo teníamos una relación de respeto y de posibilidad de conversar. Con confrontaciones terribles, si uno piensa toda la guerra de las retenciones, de Clarín, la reforma de Justicia de Cristina, eran dramáticas, manipulación de los jueces, libertad de prensa. A pesar de esa virulencia que teníamos, había un espacio de de saber que los otros eran argentinos y nosotros también, había que construir un país. Eso no hay que perderlo. Y la conducción de los de los cuerpos legislativos requiere cierta autoridad porque no podés permitir que insulten a un ministro. Yo me acuerdo cuando era presidente del Senado, Marcos Peña era jefe de Gabinete, iba a dar los los informes al Senado. Y si el ministro mío de mi gobierno, jefe de gabinete, agredía a un senador, yo lo frenaba. Los políticos, los funcionarios, los senadores, son la función que tienen que cumplir, hay que respetar la institucionalidad.
– El rol de representación que tiene.
– Claro, vos representás al pueblo, no sos el dueño del Senado o de ningún lugar.
– Otro tema que quería tocar era Vialidad, que está otra vez en boca de todos, no solamente por el fallo a la expresidente, sino porque se disolvió el organismo. ¿Usted cree que el Ministerio de Economía va a poder absorber ese rol?
– Sí, antes era así y lo hicieron muy bien. Cuando se hicieron todas las autopistas de la Argentina fue un ministerio. Vialidad fue uno de los escándalos más grandes de la historia de Argentina, yo creo. Después creo que le ganó esta vergüenza de la SIRA, permisos de importación que le cobraban el 15% a los empresarios, y alguien se los llevaba. Ese debe haber sido el más grande de todos los escándalos, pero el segundo debe ser Vialidad. Cuando era diputado hicimos un análisis del presupuesto y de los que se habían gastado en vialidad. Santa Cruz tenía más caminos que la provincia de Buenos Aires, con la diferencia de población y tamaño que tenían. Segundo, que lo que se gastó efectivamente en vialidad en 2010 equivalía a haber hecho 20.000 km de autopistas y no se había hecho ni 1.000.
– ¿E YPF? ¿Qué rol juega el kirchnerismo y cómo afecta a la imagen internacional del país?
– Argentina tiene una mala imagen producto del incumplimiento de sus deudas permanentes, esto es una más de esas. A lo que nosotros aspiramos es a que sea percibido en el mundo como un producto de lo que fue la Argentina en el pasado, no de lo que va a ser. Es una tragedia lo de YPF, nosotros dijimos en la Cámara de Diputados: 30 votamos en contra de la estatización de YPF. Primero fue una confiscación, vino Kicillof y se apropió de la empresa sin tener ni siquiera la apropiación. Sacó a los dirigentes de la empresa, se pusieron ellos en los escritorios, no le dejaron sacar las computadoras, un Estado de derecho. Después vino la expropiación, nosotros votamos en contra diciendo que iba a pasar esto, que no se puede violar todas las reglas, todos los compromisos, contratos, estatutos, leyes, Constitución. Tenemos la tranquilidad chiquita de haber hecho lo correcto, pero ahora la Argentina tiene esta super condena de 16.000 millones de dólares en contra, que es una tragedia. Yo lo dije en el recinto ese día: si Argentina tenía poder para hacer eso, ¿por qué se lo regalaron a Enrique Eskenazi y no se lo quedó Argentina? Porque era amigo de los Kirchner. Ese tipo es el que ahora le hace el juicio a la Argentina.
– ¿Qué tendría que hacer Milei? Ya dijo que apelará.
– Tiene que apelar, tiene que pelear, están peleando. En la gestión de Macri, el abogado del Estado argentino, Saravia Frías, lo que hizo fue decirle a la jueza: «Estos señores que están litigando este contra la Argentina, se agarraron las acciones esas por las que están litigando, de esta manera que hay que investigar, porque los delitos nos generan derechos». Alberto Fernández y Cristina abandonaron después esa línea de acción de defensa de la Argentina y acá estamos.
– ¿Y cuál es el rumbo internacional que está tomando Milei?
– El tema internacional es muy interesante, yo creo que el gobierno tiene que explicar mejor su política exterior, tiene que explicar más su política exterior. Milei, en un mundo con mucha confrontación y que está cambiando completamente el sistema de convivencia, dice: «Yo con Estados Unidos y con Israel», y eso me parece muy simple. En este momento de gran caos, un grupo de países quiere confrontar contra estos dos, como Rusia o China, los BRICS que era Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, nosotros lo que dijimos fue que no había que entrar ahí, Argentina no puede ser socio de un club político para confrontar contra Occidente, Estados Unidos y los valores de Europa. Por suerte Milei nos sacó de ahí también, apuesta a esa alianza y a las tecnológicas, es una visión muy de futuro y potente.
– Tiene que explicar entonces un poco más el rumbo.
– Me parece que todos tendríamos que ser más conscientes de que estamos defendiendo ese camino, esa inserción. Rescatando lo valioso que tiene la cultura grecorromana, judeocristiana, que eso es lo que se llama Occidente. La racionalidad de Grecia, el derecho de los romanos, y el contenido moral y cultural de la de la cultura judeocristiana.