La Ciudad de Famaillá es tal vez el extremo del nepotismo en Tucumán. No es el único municipio con estas características. Esta realidad no tiene secreto. Se utilizan los fondos públicos para comprar la voluntad de una sociedad abatida por la pobreza y la pauperización. La dependencia económica de los vecinos de muchos municipios y comunas con el sector público es enorme. Falta actividad privada y desarrollo, algo que no está en los planes de quienes gobiernan porque allí radica su poder: en la pobreza dependiente.
El municipio de Famaillá esta gobernado desde hace 30 años por dos hermanos que son mellizos. Esto no es democracia. Es mentira simplificar el tema diciendo que «la gente los vota». Está acabadamente demostrado que cuando estos personajes no cuentan con los recursos públicos para aflojarle la cincha a muchos vecinos no logran la cantidad de votos que necesitan para aspirar a un cargo. Sin compra de voluntades la mayoría de los que están en el poder no estaría. Son hijos de un sistema electoral perverso completado por una baja densidad moral.
Famaillá que es municipio en el que hoy se pone la lupa es un chiste. Allí hay réplicas del Cabildo, del Vaticano o de Jurassic Park. También hay una réplica de la Casa Histórica, todo logrado con gusto austero y una estética de pueblo. O sea, una especie de Las Vegas de submundo.
Todos los 9 de julio se lleva a cabo en Famaillá la «Fiesta del Mellizo». Un evento colorido donde concurren muchas parejas de hermanos (mellizos, gemelos o trillizos) de algunas partes del país, pero sobre todo de la provincia. Se realizó esta última en el Parque Temático Histórico del Bicentenario.
Los propios Orellana dicen que funcionan como dos partes de un mismo cerebro. Enrique es el estratega, el que calcula el poder, mientras que José es el que ejecuta las acciones con carisma. Actualmente, están en distintos grupos políticos. José apoya al gobernador Osvaldo Jaldo, mientras que Enrique se alinea con el exgobernador Juan Manzur, quien a su vez se reporta a Cristina Kirchner.
Los Orellana son hijos de la política. La democracia les permitió ganar mucho dinero. Son millonarios con mal gusto, pero tienen una situación económica envidiable para cualquier comerciante o empresario de una PYME competitiva.
La sucesión en el municipio ahora se cortó debido a un fallo judicial en el que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la condena contra José Orellana, por el delito de abuso sexual simple e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Pero para ellos no es un obstáculo, sus mujeres o algún pariente será el candidato y mantendrán el poder, hasta que la infidelidad les juegue una mala pasada.
Debido a esta condena, el mellizo Enrique renunció a su banca en la legislatura provincial el 16 de mayo de este año. Pero como los Orellana siempre caen parados, el lugar de Enrique fue ocupado por su exesposa, Lizárraga.
En Famaillá, el nepotismo es el sistema político imperante y la dependencia económica de sus empobrecidos vecinos les permite soñar con la eternidad en el poder a los Orellana.
El periodista Daniel Malnatti visitó el municipio con motivo de la fiesta y su cobertura periodística fue presentada este viernes en TN.