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Marcelo «cloaca» Caponio

Vecinos de la zona que rodea a la intersección de Avenida Mate de Luna al 2.500 y Sargento Cabral viven un suplicio diario. Pagan la boleta de la SAT puntualmente y a cambio reciben un panorama estremecedor: olor nauseabundo y soportan además aguas residuales esparcidas que corren contra el cordón de la vereda. Todo esto se debe a la pésima gestión de Marcelo «cloaca» Caponio, un personaje de la política que siempre está donde hay una jugosa caja para manejar. Esta vez no es la excepción.

Un derrame de líquido cloacal por rebalse es lo que arruina la cotidianeidad y pone en serio riesgo la salud de los vecinos.

El desborde cloacal que inunda la zona no es un hecho aislado ni reciente: según denuncian, lleva más de un año sin solución y con múltiples presentaciones formales sin respuesta por parte de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT).

Los líquidos cloacales en la vía pública representan un grave peligro para la salud y el medio ambiente. La exposición a estos desechos puede causar enfermedades infecciosas, además de deteriorar el entorno urbano y generar malos olores

Las imágenes hablan por sí solas: el agua podrida cubre incluso la senda peatonal, obligando a los transeúntes a esquivar charcos fétidos y a convivir con un entorno insalubre.

Las aguas cloacales pueden contener bacterias (como Escherichia coli), virus (como rotavirus, adenovirus) y parásitos (como Giardia y Cryptosporidium) que causan enfermedades gastrointestinales, hepatitis, y otras infecciones. 

Un vecino cargado con justificada indignación expresó “esto no es agua de lluvia. Es agua cloacal que sale desde una tapa colapsada y que se extiende varias cuadras. El olor es insoportable. No podemos abrir las ventanas”.

Mientras esto ocurre Marcelo «cloaca» Caponio sube a las redes sociales imágenes editadas y cuidadas para mostrarse un gentil hombre que trabaja por la comunidad. El engaño y la trampa son sus atributos. La capital tucumana explota de derrames cloacales por todos lados, carece de un verdadero diagnóstico y también de una planificación para solucionar los problemas. No le interesa, es un abogado no un técnico con los conocimientos pertinentes, y está en la SAT para administrar una jugosa caja. 

Una vecina brama “nosotros sentimos que estamos abandonados por la SAT. Esta gestión es inoperante. No puede ser que pasen 365 días y no haya ni siquiera un paliativo. No pedimos milagros, pedimos dignidad”.

Las aguas residuales causan olores desagradables, atraen insectos y roedores, y dañan el paisaje urbano. Esto es lo que viven los vecinos de la zona a pesar de los innumerables reclamos.

Otra vecina agrega que hay presencia de ratas saliendo directamente de las cloacas rebalsadas. “El problema ya es de salud pública. Tenemos roedores, palomas que beben de ahí y luego van a nuestras casas. ¿Dónde está el Estado? ¿Dónde está la SAT?”, cuestionó.

El problema se agrava ya que este desastre se encuentra en una zona puntual y altamente transitada de la capital tucumana. “Vivimos a minutos del centro, pagamos todos los impuestos, el agua más cara del país… y la SAT no nos da el servicio que corresponde. No es justo”, expresó una vecina indignada.

La intendenta Chahla está indignada con estos casos porque la presencia constante de líquidos cloacales puede dañar calles, pavimentos, y estructuras, causando hundimientos y problemas de estabilidad. 

Un periodista de La Gaceta Play estuvo en el lugar y recogió los testimonios de los angustiados e indignados vecinos.