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Capital. El poco valor que se le da a las normas de tránsito

La municipalidad capitalina comenzó a colocar carteles en distintas arterias de barrio norte para liberarlas del estacionamiento de vehículos y lograr un tránsito más fluido.

Un ejemplo es la calle 25 de mayo al 600. Carteles que indican que no se puede estacionar desde las 7.30 hasta las 19.30 hs fueron colocados para liberar esa arteria. Allí hay un conocido colegio privado. Los padres de los alumnos en el horario de entrada y salida de clases abarrotan esa cuadra generando un caos en el tránsito.

A pesar que el cartel indica el horario en que no se puede estacionar, se puede observar que no es respetado. Para mayor agravante se puede observar un «trapito» cobrando estacionamiento. Una cabal muestra de la anomia tucumana. Ese desprecio por las normas y menosprecio por la autoridad dificulta la convivencia y el desarrollo civilizado de la cotidianeidad.

Hay que partir de la base que el cumplimiento de las normas de tránsito es crucial para garantizar la seguridad vial y prevenir accidentes, lesiones y muertes. Al respetar las leyes y señales, se promueve una convivencia armoniosa entre conductores, peatones y ciclistas, además de reducir el estrés y la incertidumbre en las calles. 

Cabe aclarar que cumplir con las normas es una responsabilidad de cada ciudadano, ya que contribuye a la seguridad general y al bienestar de la comunidad. No es difícil entenderlo.

Una de las mayores faltas que se sancionan en nuestra capital es el estacionamiento en zonas prohibidas, como si los automovilistas se negaran a aceptar que hay zonas que no pueden dejar el auto. Eso los obliga a caminar un poco más, que trae beneficios para la salud. Pero nada pareciera convencer a muchos ciudadanos antisociales.