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Empresarios quieren ser más competitivos sin pensar en una devaluación

Con la inflación en el 1,6% como marcó el Indec para junio, una parte del empresariado considera que los reclamos por el ordenamiento macroeconómico deben quedar en un segundo plano. El foco, aseguran, ahora es cómo ser más competitivos tanto para ganar mercados en el actual contexto de dólar bajo como también para enfrentar la llegada de la importación.

Para eso, desde el Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino (IDEA) buscan aprovechar el impulso del Ministerio de Desregulación de Federico Sturzenegger y le acercaron en las últimas horas casi 200 propuestas que -entienden- contribuyen a la desburocratización. IDEA es un sello que nuclea más de 500 empresas que representan más del 50% del Producto Bruto Interno del país.

En rigor, en IDEA tomaron nota de cuando Sturzenegger había visitado el último Coloquio en Mar del Plata en octubre pasado y los había desafiado a acercarle directamente a él todo tipo de regulación que ellos consideraran que entorpeciera la producción. Desde entonces recogieron el guante: con unas últimas 20 propuestas sumadas en la última semana, ya completaron 187 ideas concretas de temas para resolver que esperan ponga en marcha el Gobierno. Entre otros, hay pedidos referidos a regulaciones específicas sectoriales, simplificación tributaria y cuestiones de trámites puntuales en procesos de certificación y control.

Con el correr de los años, a la agenda específica del mundo corporativo se le añadió el interés por los temas de la agenda nacional, que tras el trabajo de cada año se fueron volcando en los días de discusión del tradicional encuentro que mayormente se ha hecho en la ciudad costera bajo el nombre de Coloquio, siempre con la intención de incidir en el rumbo del país con la iniciativa privada como motor del desarrollo.

La próxima edición, que estará presidida por el empresario Mariano Bosch de la compañía Adecoagro, ya tiene decidido el título y justamente ratificará el cambio en la mirada de los ejecutivos de las principales compañías del país a partir de la llegada de la administración de Javier Milei.

Sin decirlo, le concederán que ya estabilizó el país y logró ordenar las principales variables. Desde el título del meeting plantearán otro eje: «Juega Argentina. Las empresas frente al desafío de la competitividad».

Los organizadores piensan en paneles para abordar algunos hits habituales del mundo corporativo, como la necesidad de mejorar el costo del capital y el acceso al financiamiento, así como también la discusión respecto del marco laboral, otro leit motiv del establishment a la hora de reclamar reglas de juego parejas para poder producir frente a la competencia del exterior.

Un tema con el que puede haber algún tipo de rispideces con el gobierno de Milei es el que vincula la competitividad con la necesidad de contar con una infraestructura que mejore el componente de costos logísticos de la Argentina. Tras el ajuste a casi cero de la obra pública y las demoras en poner en marcha sistemas alternativos, el estado de las rutas, por ejemplo, delata otro tipo de desafíos que se deben enfrentar y que exhiben un tabú del oficialismo: el rol del Estado.

Para el encuentro de octubre, además, se espera la presencia de invitados internacionales para hablar de geopolítica, un término que está más presente en las reuniones de directorios de las empresas a partir de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y de los conflictos como el de Medio Oriente y la persistente guerra de Rusia en Ucrania. Todo estará marcado además por las elecciones. El Coloquio tendrá lugar una semana antes de las elecciones legislativas nacionales aunque ya con los resultados de los comicios provinciales en Buenos Aires también definidos. Habrá gobernadores presentes.

A propósito de mercados internacionales y competitividad, en las empresas exportadoras hay mucha expectativa de cara a las próximas dos semanas porque consideran que el Gobierno podría sorprender con algún tipo de negociación con los Estados Unidos que permita esquivar los aranceles del 10% que impuso la administración de Donald Trump a todos los bienes del exterior, salvo el acero y el aluminio que pagan 25%.

Hay una negociación de la que participan el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne, y el secretario de Comercio, Esteban Marzorati, que con total hermetismo están avanzando para conseguir algún guiño concreto del aliado ideológico que está en la Casa Blanca.

En algún momento circuló la versión de que podrían conseguir unos 100 productos que tendrían arancel ceroLos recientes vaivenes con anuncios de aranceles y retractaciones con países de todo el mundo tienen a los lobbistas de las economías regionales con el corazón en la boca. 

La apuesta es que algo suceda antes del 1 de agosto próximo, un 1A que desespera a más de uno en sectores que además están con costos en alza por la apreciación cambiaria y en algunos casos con problemas para afrontar deudas.