Categorías
Noticias Política

Elecciones: todo lo que se juega Milei

Más allá de los ganadores o heridos que dejará la dura pelea interna desatada en cada frente electoral por el cierre de lista de candidatos, lo concreto es que desde hoy en adelante el gobierno y la oposición pondrán en juego durante la campaña electoral mucho más que una simple elección legislativa: se dirime la confrontación de dos modelos económicos y estará en vilo el sustento político que cada fuerza tendrá en el Congreso para defender sus planes para la Argentina que viene.

En el fondo de la pelea por las legislativas de octubre se juega también la disposición de cada partido abierta para una compulsa electoral mayor que se dará en las presidenciales del 2027. La pelea será a todo o nada. El presidente Javier Milei y la oposición en su conjunto lo saben.

En la Casa Rosada aseguran que Milei ya ganó la primera batalla interna: aquella que tiene que ver con la cooptación del PRO como una fuerza sujeta al poder de los violetas libertarios de LLA. La definición de lista de candidatos promete exponer en el oficialismo este escenario donde los primos Jorge y Mauricio Macri parecen ser los más castigados.

Sin embargo, no todo está dicho. El gobierno nacional necesitará mostrar en las elecciones de octubre que esta fórmula de cooptación del PRO y hegemonía de LLA le da resultados en las urnas. La exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal dejó a traslucir esta tensión que hay en las filas del PRO tras el acuerdo electoral con LLA y calificó como un error esa decisión.

Si el resultado electoral beneficia a Milei, la posición de Vidal y del resto de los críticos del PRO al acuerdo con LLA será historia y la fuerza de Macri entrará en una verdadera carrera de extinción.

Los últimos sondeos de opinión ofrecen una imagen presidencial con altos niveles de aceptación y una proyección del voto libertario en alza. Esto entusiasmó a Milei a salir a dar pelea frontal en la provincia de Buenos Aires con apariciones en La Plata y La Matanza. Se esperan más recorridas proselitistas del presidente.

Es que Milei se juega entero el futuro de su gobierno en los comicios de octubre. Esto es: la posibilidad de aumentar el caudal de bancas en el Congreso que le dará la posibilidad al oficialismo de imponer sus proyectos de ley de lo que denomina de «tercera generación». Es decir, la reforma laboral, una reforma impositiva ambiciosa y una eventual reforma jubilatoria si los números y la suerte juegan a favor de los libertarios.

También le serviría al gobierno una victoria en octubre para frenar la embestida opositora que tanto en Diputados como en el Senado atentan contra la regla de oro del presidente del déficit cero.

En el búnker de LLA y en la Casa Rosada aseguran que si se logra una buena elección podrían alcanzar más de 90 bancas en Diputados. Se trataría de una buena performance aunque no suficiente para lograr quórum propio. El oficialismo estará obligado a seguir negociando con aliados, un ejercicio que el presidente no está acostumbrado a realizar.

Hay un elevado nivel de entusiasmo en el gobierno respecto de la proyección electoral a pesar de que se vislumbran algunas alarmas o incógnitas. ¿Cuánto tiempo se prolongará la inflación por debajo del 2%? ¿Habrá repunte de la economía en más sectores? ¿Se mantendrá el nivel de reservas en el BCRA y un dólar manejable? Nadie se anima a ofrecer respuestas.

Pero las últimas encuestas exponen una preocupación ciudadana en aumentos sobre temas sensibles. El sondeo de RDTA Nacional sostiene que de enero del 2024 hasta ahora la preocupación de los argentinos por el dinero que no alcanza a fin de mes creció del 56% al 60% de los encuestados y la falta de empleo del 39 al 48%. Sin mencionar el tema ajustes de tarifas que pasó de un tema que no se hablaba a una preocupación del 31%.

En la campaña electoral que comienza el gobierno deberá revertir todo este humor ciudadano y exponer mayores beneficios al electorado.

Es cierto que del otro lado del mostrador la oposición no logra unificar liderazgos, sigue enfrascada en rencillas internas y hay signos visibles de rupturas irreversibles.

Así, otras cuestiones mayores también se pondrán en juego en la oposición. Por lo pronto, la definición de candidaturas deja un tendal de heridos en el frente peronista de Fuerza Patria que nadie sabe aún cómo va a derivar en términos de votos y apoyo territorial en cada distrito.

El último sondeo de Management & Fit expone que el segmento que desaprueba la gestión de Milei cuestiona medidas de alto costo político. Se expone así otro signo de la compulsa electoral: el debate de dos modelos opuestos.

La misma encuesta revela que entre las medidas o anuncios que hizo Milei, la privatización de Aysa y el recorte en transferencias y recursos provinciales son aquellas que presentan mayor nivel de acuerdo con el 45,2% y el 40,4%. Pero el veto en jubilaciones, discapacidad y el aumento de salarios para el Garrahan presentan un desacuerdo superior al 60%.

El peronismo apuesta por una frágil unidad en estas elecciones y por la aparición de un liderazgo que reemplace la figura omnipresente de Cristina Kirchner. Sin embargo, por el momento no se vislumbra nada de ello. Ni Axel Kicillof ni Máximo Kirchner son vistos en el peronismo como líderes herederos de un poder con proyección nacional. Sergio Massa ya se autoexcluyó de esta partida.

Aparece en el horizonte inmediato un fenómeno nuevo en el mapa electoral. Se trata de la liga de gobernadores del Grito Federal liderados por Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Carlos Sadir (Jujuy). Estos cuentan con el respaldo de más de 400 intendentes, una visión novedosa de la política y un antikirchnerismo generalizado.

Este frente de gobernadores ya cuenta con representación electoral y no son para minimizar. En su conjunto estas provincias representan más de 7 millones de votantes, producen el 21% del PBI nacional, generan el 40% de las exportaciones y cuentan con el 20% de la población total de Argentina.

Esta liga de gobernadores apuesta fuerte en los comicios de octubre con la idea de posicionarse de cara al 2027. Se sabe que Llaryora y Torres tienen aspiraciones presidenciales y sus allegados los muestran como la «renovación dirigencial». ¿Serán capaces de dar respuesta a tan elevados objetivos impuestos?

Otros dos factores novedosos también se jugarán desde hoy en las elecciones de octubre.

Por un lado, el desafío de opositores y oficialistas por mostrar la mejor oferta electoral para romper con la apatía ciudadana de ir a las urnas. En las elecciones locales de este año el ausentismo fue un actor central. Hubo casos como los de la Ciudad de Buenos Aires donde la participación pasó del 66% en el 2021 al 53%, en Formosa del 74 al 66% y en Santa Fe del 65 al 56%, por poner algunos ejemplos. Habrá que ver si el clima político, la economía o temas como la inseguridad o el desempleo ayudan o no a quebrar esa racha.

Por otra parte, el electorado estrenará la boleta única de papel en octubre y esto será un atentado directo contra el histórico aparato electoral partidario. Está claro que el poder de arrastre de los intendentes no jugará en ese esquema y que se desterrará de una vez la trampa del voto en cadena. Todo indica que LLA podría beneficiarse de ese nuevo esquema en detrimento del aparato peronista.

Todo esto y muchos factores más se pondrán en juego desde hoy en la Argentina. Las listas ya estarán presentadas, la campaña comienza y cada actor define su futuro inmediato y el de la Argentina que se viene.