Como uno de los ejes de la campaña electoral, más allá del viaje de Luis Caputo de esta noche a Estados Unidos, el ministro de Economía empezó a funcionar como una especie de ministro del Interior bis. Cuando se anunció la creación del Ministerio del Interior, aparecieron en la foto el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro del Interior, Lisandro Catalán; y el propio Caputo.
¿Qué estuvo haciendo el ministro durante septiembre y lo que va de octubre, tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires? Empezó a abrir la billetera, pero que no se note, algo fundamental para el Gobierno. Con un discurso en contra del populismo, a favor del déficit cero y sin negociar con las provincias, Caputo ya se reunió con seis gobernadores y a todos algo les dio.
Estuvo con Nacho Torres, gobernador de Chubut, y ese mismo día con mandatario provincial de Tucumán, Osvaldo Jaldo. En el caso de Chubut, el Estado nacional entregó 100.000 millones de pesos, envueltos en una compensación: la provincia devolverá algo a cambio, pero la plata la puso el Ministerio de Economía. En el caso de Tucumán, el Gobierno le otorgó 2.716 viviendas.
Después llegó una foto emblemática con Leandro Zdero, Alfredo Cornejo y Rogelio Frigerio. Para los gobernadores presentes, lo importante era que estuviera el ministro de Economía, porque es el que garantiza la plata. Antes se habían reunido con Francos, que les había dicho que el adelanto de ATN le parecía una buena idea. Sin embargo, cuando iban al Ministerio de Economía, Caputo respondía: “No hay plata”. Desde ese momento, los gobernadores dejaron de reunirse con Francos.
La última de una serie de fotos fue este jueves con el gobernador de San Luis, Claudio Poggi. El mandatario provincial consiguió la obra del acueducto La Florida, un viejo reclamo, y un pago en 12 cuotas de una deuda histórica que la Nación mantiene con la provincia. En los últimos días también estuvo con Zdero, gobernador del Chaco, que logró 40.000 millones de pesos.
Los movimientos de Caputo forman parte de la estrategia de gobernabilidad, orientada a cosechar acuerdos en el Congreso, algo que reclamaron desde Estados Unidos. En la Casa Rosada reconocen que antes del 26 de octubre es difícil lograr resultados inmediatos: se trata más de sembrar para después de esa fecha que de esperar algo ahora. En definitiva, el objetivo es evitar el bloqueo de los dos tercios y empezar a construir gobernabilidad con los gobernadores.
Hoy, Javier Milei volverá a reunirse con Mauricio Macri en Olivos, a las 15, por segunda vez en diez días. Sin embargo, Manuel Adorni advirtió que Milei siempre arma su gabinete con gente de confianza, en medio de las versiones que señalaban que Macri pedía cambios. Según su entorno, Milei preferiría renunciar antes que entregar su gabinete y convertirse en “un títere de Macri o de cualquier otro”.
Desde el macrismo, el nombre que suena fuerte es el de Guillermo Montenegro para Justicia. En cuanto a las vacantes en Seguridad y Defensa, persisten los interrogantes. Se mencionaron los nombres de Diego Santilli y Cristian Ritondo, tras varias reuniones en Casa Rosada. En el caso de Ritondo, incluso lo consideran para manejar la Cámara de Diputados, como pretendía Macri en el pacto de Acassuso. Sin embargo, ese punto nunca se cumplió.
Llamó mucho la atención el anuncio para los jubilados, contrario al discurso oficial desde la asunción del Gobierno. En lo que muchos califican como un “plan platita”, se dispuso un 10% de descuento en supermercados y un 20% en productos de perfumería y limpieza, con más de 7.000 locales adheridos. Una medida necesaria que se celebró en ese sector.
En el anuncio apareció un nombre hasta ahora poco conocido: Fernando Bearzi, titular de la Anses, quien grabó un video explicando la medida como resultado de una política pública. Presentó el plan como una mejora frente a los rechazos y vetos que había recibido en el Congreso. Sin embargo, no se hizo demasiada difusión, ya que en el Gobierno consideran casi vergonzante admitir públicamente: “Estamos dando plata”.