Es previsible que gran parte de la atención de los inversores y analistas pase en las próximas horas por conocer hasta dónde llegará la asistencia financiera ofrecida por los Estados Unidos, qué rol tendrá el FMI en ese paquete de ayuda y que compromisos adicionales pueden asumir los demás organismos multilaterales. Hay alta expectativa por los gestos que se mostró dispuesto a hacer Donald Trump con tal de despejar el horizonte económico de Javier Milei, el presidente que con sus discursos políticamente incorrectos le dio nuevo oxígeno al liberalismo.
Y aunque Scott Bessent ya se ocupó de bajar al mercado algunas de las promesas que hizo en la red X, la bilateral que ambos mandatarios mantendrán hoy en el Salón Oval de la Casa Blanca puede convertirse en una bisagra. Para el gobierno argentino su valor presente va más allá de las divisas que van a ser aplicadas al pago de la deuda de 2026. La chance de que reviva el interés inversor en la Argentina puede ser más útil hoy de cara a los mercados que los discursos que puede pronunciar un presidente en campaña.
Lo que sucede es que el escenario político que tiene por delante La Libertad Avanza no ofrece mucho margen para la ilusión. El resultado electoral que imaginaba LLA hace cinco meses difícilmente se pueda concretar, con lo cual el Congreso seguirá siendo un terreno a conquistar. Voto más, voto menos, la negociación con los gobernadores y partidos más afines va a seguir siendo ineludible. El dato que van a mirar los mercados gira en torno al poder de daño que mantenga la oposición en general y el kirchnerismo en particular.
Los encuestadores no esperan que un salvataje firmado por Trump se convierta en un salvavidas electoral, pero asumen que puede renovar la percepción de los electores sobre la capacidad del Gobierno para manejar la economía. Algo parecido puede pasar con los empresarios, que si bien pretenden que el oficialismo avance de una vez con el set de reformas estructurales destinado a bajar el costo argentino, también aceptan como válido que la escenario se vuelva un poco más estable. Menos inflación y más consumo pueden ayudar a remontar un año que empezó bien, se volvió regular y que podría terminar algo mejor.
En términos financieros, lo que hizo EE.UU. ya ayudó a dar vuelta la página. La baja del dólar no da una certidumbre particular sobre el nivel del tipo de cambio que necesita la economía, pero sí sobre la vigencia a futuro de las bandas cambiarias. Hoy se correrá el velo y las especulaciones dejarán de ser teóricas para volverse reales. Si los u$s 20.000 millones que el BCRA recibirá como garantía de pagos pueden torcer el destino de Milei o no, lo sabremos pronto.