Entre los coletazos del golpazo electoral de Fuerza Patria, potenciado por la sonora y sorpresiva derrota en la provincia de Buenos Aires, un sector del peronismo apuntó contra la conducción de Cristina Kirchner, presidenta del PJ nacional hasta la confirmación de la condena y su detención domiciliaria por la causa Vialidad. Algunos dirigentes en público, la mayoría en off the record, aprovecharon el resultado adverso para reclamar una renovación del liderazgo del espacio, como sucedió otras veces sin éxito en los últimos años.
Ya desde la noche del domingo, cuando el escrutinio provisorio arrojaba datos que no estaban en los cálculos del peronismo -además de la caída en Buenos Aires luego del triunfo por casi 14 puntos en septiembre, ventaja de La Libertad Avanza en 16 distritos, más allá de que en algunos seguirá la discusión hasta el recuento definitivo-, el ida y vuelta de pases de factura incluyó en buena medida a Cristina Kirchner.
Mientras del lado de la ex mandataria salieron de inmediato a ratificar las críticas al desdoblamiento dispuesto por Axel Kicillof, el gobernador defendió esa decisión y desde su sector le endilgaron a su mentora política el armado de la lista bonaerense y lo que consideraron una estrategia fallida a nivel nacional, uno de los factores que incidió en la derrota y la pérdida de peso parlamentario, en especial en el Senado.
Con el correr de los días los cuestionamientos no se enfriaron sino lo contrario. A Cristina Kirchner le reprocharon los terceros puestos en Salta, Misiones y Jujuy, los tres distritos con los PJ locales intervenidos y en los que buscó favorecer a dirigentes de La Cámpora. Además de las críticas internas por lo bajo, Gustavo Sáenz la cuestionó con dureza. “Así le fue en las elecciones provinciales y ahora se quedó sin nada en las nacionales. Lo que pasó el domingo en el país es su responsabilidad y el terror de muchos argentinos de que vuelva”, arremetió el gobernador salteño.
Kicillof no le apuntó en público directamente. Cerca del gobernador se enfocaron en los dirigentes que la rodean. “Los que plantean que sólo se puede hacer lo que dice ella porque nunca se equivoca, siempre tiene razón. La realidad mostró que no. Hay que poder discutir las estrategias”, diferenció un integrante del Gabinete bonaerense.
El mandatario provincial reunió a un grupo de intendentes el martes en la sede de la gobernación y prepara otro encuentro más amplio para el viernes. “Es una mujer que no la está pasando bien y no queremos hacer leña del árbol caído, pero nosotros estamos de acuerdo en buscar un camino con una nueva letra, una nueva música. Es lo que quiere la mayoría. Hay que unificar al peronismo de nuevo”, contó uno de los presentes. Los jefes comunales del Movimiento Derecho al Futuro, liderado por Kicillof, intentarán desplazar a Máximo Kirchner de la presidencia del PJ bonaerense.
Del lado de la ex presidenta acusaron el golpe. “Hay un intento permanente de ir contra Cristina y Máximo. Es todo pérdida y muy berreta. Lo critican a Máximo por los gestos en el escenario el domingo, a ella por bailar en el balcón. (Héctor) Daer tendría que ocuparse de la reforma laboral, que va a destruir a los trabajadores”, replicó un dirigente de contacto frecuente con la ex mandataria. El triunviro de la CGT había cuestionado la actitud festiva con la que saludó el domingo a los militantes.
A su vez, Juan Grabois defendió a la ex mandataria en el stream Carnaval y “discutió” con el periodista Jorge Rial, que también la había cuestionado por el baile en la noche de la derrota. “¿Quién es el forro que está pidiendo la renuncia de Cristina?”, apuró el diputado electo por la provincia de Buenos Aires.
Desde su detención domiciliaria la presidencia del PJ quedó vacante, a cargo de José Mayans -vice primero- y Teresa García como Secretaria General. No es la primera vez que ante una derrota dirigentes del peronismo desafían su centralidad. Juan Manzur había dicho que “cumplió su ciclo político” en 2017. El ocaso del kirchnerismo también se anunciaba con la derrota de Néstor Kirchner ante Francisco de Narváez en 2009. “Desde la muerte de Dorrego en adelante toda la culpa es de Cristina”, ironizó un referente conducido por la ex mandataria.
