Hiperactiva y entusiasmada con su nuevo rol, la ministra de Seguridad y senadora electa, Patricia Bullrich, ya trabaja para construir una mayoría sólida y confiable que le permita al Gobierno “recuperar el control del Senado” que perdió como consecuencia de la pelea de Javier Milei con Victoria Villarruel, primero, y el enfrentamiento con los gobernadores que lo ayudaron en el primer año de gestión, después.
“Desde que Villarruel decidió cruzarse de brazos no tenemos un interlocutor claro con el Gobierno, ese es el lugar que tenés que ocupar y recuperar vos”, fue el primer consejo que escuchó Bullrich de parte de un senador que lleva más de un mandato en la Cámara alta y que se ha mostrado como un aliado consistente desde el primer minuto de la administración libertaria al frente de la Casa Rosada.
Con Villarruel fuera de la escena política oficialista, Bullrich apuesta a convertir a la jefatura del bloque de La Libertad Avanza, que ocupará a partir del 10 de diciembre, en una locomotora que impulse las iniciativas del Gobierno y, con ese fin entre ceja y ceja, se dispuso a levantar aún más su perfil y ocupar el centro del ring en el Senado.
El primer objetivo es ver cómo consolida un mínimo de 37 votos a favor del Gobierno. Ese fue otro de los consejos que recibió Bullrich de uno de los tantos miembros de la Cámara alta con los que se contactó como parte de una cargada agenda de reuniones y conversaciones que ha entablado desde que se convirtió en senadora electa.
En ese sentido, ya prepara un primer golpe de efecto para esta semana. El miércoles, por la tarde, la futura presidenta del bloque de La Libertad Avanza pretendería concertar una amplia convocatoria a representantes de los diferentes bloques de la Cámara alta. La excepción es el kirchnerismo, única bancada con la que no ha mostrado interés por tender puentes, al menos hasta el momento.
En parte, Bullrich busca recrear lo que supo hacer Villarruel en diciembre de 2023, cuando logró juntar 39 voluntades para quitarle al kirchnerismo el control del Senado. En aquel momento, la vicepresidenta contó con la paciente colaboración de su secretario parlamentario, Agustín Giustinian, arquitecto en gran medida de los acuerdos que le permitieron a la vicepresidenta y al Gobierno asegurarse la sanción de leyes a pesar de contar con apenas siete senadores.
A diferencia de Villarruel, el ambicioso proyecto de la todavía ministra de Seguridad apunta a conformar un interbloque con el oficialismo libertario como principal fuerza política. Sin embargo, los primeros tanteos no han sido favorables.
Desde el Pro ya le dijeron que, salvo una orden de último momento de la Mesa Nacional del partido que se reunirá este miércoles, la idea es mantener autonomía con bloque propio. “Funcionar como interbloque nos quita libertad de acción para desmarcarnos en las cuestiones que no estemos de acuerdo con el Gobierno”, fue la explicación que recibió Bullrich.
La escudería amarilla tendrá cinco miembros a partir del 10 de diciembre, luego de que la cordobesa Carmen Alvarez Rivero, tras afiliarse a La Libertad Avanza en la provincia mediterránea, confirmó su incorporación al bloque oficialista de la Cámara alta.
En un intento por ampliar su bancada y mostrar resultados aún antes de jurar como senadora, Bullrich también tentó a Luis Juez (Córdoba) y a Beatriz Avila (Tucumán) para que siguieran los pasos de Alvarez Rivero y se convirtieran en oficialistas. Por el momento, los dos senadores extrapartidarios seguirán integrando el bloque Pro que preside Martín Goerling (Misiones).
En su trabajo por construir una nueva mayoría oficialista en el Senado, la futura jefa de la bancada libertaria también habló con Eduardo Vischi (Corrientes), presidente de la bancada radical, con la intención de invitarlo a sumar su apoyo y el de su bloque a la segunda etapa de reformas que el Gobierno promete impulsar a partir del 10 de diciembre, cuando se produzca el recambio de la mitad de la Cámara baja y de un tercio del Senado.
“Le dije que venga con humildad, a componer, a tender puentes”, fue el consejo que recibió Bullrich de parte de uno de los interlocutores con los que se reunió en los últimos días. Más campechano, otro legislador de la oposición dialoguista le aconsejo que “no piense que puede pintar a todos de violeta” porque lo primero que debe hacer es “construir un espacio amplio de diálogo y consenso”.
Los testimonios son coincidentes y muestran que las conversaciones para reconstruir relaciones en el Senado recién empiezan y prometen ser áridas. Es que gran parte de la oposición dialoguista todavía mantiene frescas las heridas del maltrato y las promesas incumplidas del gobierno de Javier Milei. Saben que por más buena voluntad y espíritu emprendedor que ponga Bullrich, la última palabra la tendrá, siempre, la Casa Rosada.
Hasta el momento, la bancada oficialista estará compuesta por 20 integrantes. A los 12 senadores electos el pasado 26 de octubre se sumarán los siete que ingresaron hace dos años y la cordobesa Alvarez Rivero.
Además de Bullrich, que presidirá la bancada, los senadores oficialistas serán Bartolomé Abdala e Ivanna Arrascaeta (San Luis), Carmen Alvarez Rivero (Córdoba), Romina Almeida y Joaquín Benegas Lynch (Entre Ríos); el actual jefe de bloque, Ezequiel Atauche y Vilma Bedia (Jujuy), Nadia Márquez y Pablo Cervi (Neuquén), Agustín Coto y Belén Montes de Oca (Tierra del Fuego), Juan Cruz Godoy (Chaco),
Agustín Monteverde (Capital), Francisco Paoltroni (Formosa), Emilia Orozco y Gonzalo Guzmán (Salta), Bruno Olivera Lucero (San Juan), Juan Carlos Pagotto (La Rioja) y Lorena Villaverde (Río Negro).
