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Los gobernadores decidirán la suerte de las reformas laboral e impositiva

El futuro de las reformas laboral, impositiva y del Código Penal que impulsa presidente Javier Milei está en manos de los gobernadores. De ellos depende que La Libertad Avanza reúna las mayorías necesarias para su sanción en el Congreso. Los mandatarios provinciales están al tanto de su poder de fuego y ya avisaron que no acompañarán esas leyes a libro cerrado. A cambio de prestar los votos de sus diputados y senadores, piden que el Ejecutivo les conceda fondos y obras en la letra chica del Presupuesto 2026. Las negociaciones siguen abiertas y la estrategia del Gobierno es clara: negociar mano a mano con cada jefe provincial. Ahora bien, no todos los gobernadores cuestan lo mismo; algunos tienen más manos para levantar en el recinto que otros.

El Gobierno de La Libertad Avanza sigue en modo triunfalista. Tras los resultados del 26 de octubre, con las urnas a su favor, Milei impulsó su agenda reformista y pateó para después del recambio parlamentario el debate por el Presupuesto 2026. La performance que LLA tuvo en los comicios le dio robustez en ambas Cámaras. En el Senado, el oficialismo pasó a tener 18 bancas propias, mientras que en Diputados (post fugas amarillas), el bloque que preside Gabriel Bornoroni reúne 88 bancas. Es decir, más de un tercio de la Cámara.

En ambos casos, los libertarios pelean palmo a palmo la primera minoría con Unión por la Patria. Ahora bien, en ambas Cámaras, el gobierno de Javier Milei requiere de consensos para, primero, reunir el quorum y poner en marcha cualquier sesión. Y, segundo, lograr la aprobación de los proyectos que le interesan. Con los propios, o incluso sumando los aliados incondicionales, no le alcanza.

Eso explica los motivos por los que, pese al triunfo inesperado, Milei recibió con los brazos abiertos a una veintena de gobernadores en la Casa Rosada y nombró como interlocutor a Diego Santilli, hombre de diálogo y buen trato. El asunto es que los pedidos de fondos y obras aún no se plasmaron en la letra chica del Presupuesto 2026. El caso más emblemático es, si se quiere, el de la coparticipación de la CABA. Pese al fallo de la Corte Suprema a favor del distrito que gobierna Jorge Macri en torno a los fondos por el traspaso de la policía, el proyecto no los incluye en su totalidad.

¿Y por qué es tan importante contentar a al menos un sector los gobernadores? Porque son los que podrían inclinar la balanza a favor de la reforma laboral e impositiva, junto con el Código Penal que impulsa la senadora electa Patricia Bullrich. La moneda de cambio para sumar los votos de los legisladores que les responden serían los fondos y obras que Milei puede incluir en el Presupuesto 2026.

Ahora bien, ¿adónde puede salir a pescar votos Milei para cumplir con su promesa de campaña a partir del 10 de diciembre? A los gobernadores que tienen diputados o senadores que les respondan. En total, de acuerdo a un relevamiento hecho por el politólogo Pablo Salinas, en total, son 92 los diputados y 28 senadores los que les responderán a gobernadores con la nueva conformación del Congreso.

Donde definitivamente Milei no buscará los votos es entre los gobernadores que responden a Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) ni Ricardo Quintela (La Rioja). Ninguno de ellos fue invitado a la Casa Rosada ni tampoco tendrá la posibilidad de reunirse con Santilli. Al menos no en esta instancia.

De acuerdo a un relevamiento hecho por Salinas, en total, esos gobernadores tienen 41 diputados y 7 senadores que les responden (o que, al menos, no tienen intenciones de acompañar al gobierno de Milei). En otras palabras, comienza a achicarse la pecera de jefes provinciales a los que seducir a cambio de votos.

Esa pecera pasa a tener 51 diputados y 21 senadores a los que Milei o Santilli pueden acudir. Estas bancas, como se observa en el cuadro elaborado por Salinas, se reparten entre gobernadores de todos los colores políticos. Algunos de ellos son aliados o más cercanos a la Casa Rosada. Como por caso, Leandro Zdero (Chaco), Alfredo Cornejo (Mendoza), Jorge Macri (CABA) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), además de Claudio Poggi (San Luis). Los cuatro primeros llegaron a un acuerdo electoral con Karina Milei. Mientras que el puntano optó por no jugar en las elecciones del 26 de octubre. En total, esos 5 gobernadores reúnen 11 diputados y 3 senadores.

También están los gobernadores que en la Consultora La Sastrería denominan “los árbitros”. Es decir, aquellos mandatarios que se muestran (ya lo han hecho en el pasado) dispuestos a entablar negociaciones con la Rosada, pese a los enfrentamientos electorales del 26 de octubre.

Allí se ubican los diputados y senadores que integran Provincias Unidas. Ellos son: Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). En total, suman 14 diputados y 9 senadores.

Entre los gobernadores “árbitros”, La Sastrería ubica, además, a Hugo Passalacqua (Misiones), Rolando Figueroa (Neuquén), Gustavo Sáenz (Salta), Marcelo Orrego (San Juan) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Este último, a partir del 10 de diciembre, no contará con legisladores propios. En tanto, el resto reúne, en total, 10 diputados y 4 senadores.

Más allá de los aliados y los árbitros, hay que tener en cuenta que dentro del peronismo hay matices. Por un lado, se encuentra el caso de Osvaldo Jaldo (Tucumán), que en el marco de la Ley bases armó rancho aparte y en Diputados seguirá teniendo un bloque de 3 legisladores a partir del 10 de diciembre. Su comportamiento en la Cámara baja fue ambivalente. En algunos temas, se mostraron dispuestos a acompañar (o al menos no complicar) al gobierno libertario.

Dentro de Fuerza Patria no todos son férreos opositores. Es por eso que la Casa Rosada tiene, incluso allí, margen para negociar y sumar votos. Por caso, con Raúl Jalil (Catamarca), que tiene 4 diputados propios, 1 un senador que le responde. El catamarqueño se muestra cada vez más cercano a la Rosada y hasta hay rumores de que podrían armar bloque aparte en los próximos días.

Gerardo Zamora, mandamás de Santiago del Estero, tampoco puede considerarse un férreo opositor. Y, en su caso, maneja a todos los legisladores de su provincia. Es decir, a los 3 senadores y los 7 diputados.

Con esta radiografía sobre la mesa, tal cual sintetizó un peronista que peina canas en el Congreso, las negociaciones por el Presupuesto (de lo que depende el futuro de las otras leyes) se harán gobernador por gobernador, y no con cada fuerza política.

De allí que se espera que, el día de la votación de la «ley de leyes» primero y de las leyes reformistas después, el tablero de votación de ambos recintos se pintará por provincia y no por bloque partidario.