Con el camino electoral despejado hasta 2027, el Gobierno espera retomar la senda de recuperación en el consumo mediante crédito que se frenó tras el fallido desarme de las Lefis y la volatilidad financiera que ello desató. Con ese objetivo como horizonte, los expertos ponen el foco en los ingresos reales, las tasas de interés y los plazos de financiamiento, en un contexto en que el consumo se encuentra estancado y la morosidad comienza a aumentar.
El economista y director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), Leonardo Anzalone, planteó que luego de las elecciones a finales de octubre se observó «una caída progresiva de las tasas de interés», un fenómeno que «ya empezó a reactivar el crédito, sobre todo en líneas comerciales y consumo».
En ese sentido, planteó que «el crédito sí puede volver a ser un motor del crecimiento, como lo fue en la primera parte del año, pero hay una condición clave: los salarios tienen que volver a ganarle a la inflación. Sin mejora del ingreso real, el crédito crece en volumen nominal, pero no en capacidad de tracción sobre la actividad».
Y ahondó: «Los últimos datos oficiales muestran que la dinámica salarial perdió ritmo frente a la inflación, y ese es el principal freno hoy. Si esa relación vuelve a darse vuelta —tasas a la baja, inflación en descenso y recuperación del salario real— entonces sí podríamos ver una segunda etapa de expansión crediticia más sólida y con impacto directo sobre el mercado interno«.
Por su parte, el director de C-P Consultores, Pablo Moldovan, explicó a este medio que espera «un proceso de dos etapas». El primero es el de «una esperable recuperación porque el apretón monetario y la suba de tasas de los últimos meses fue tan agresiva que es natural que al normalizarse la política monetaria el crédito recupere cierto dinamismo».
Después de ese primer momento, sin embargo, proyectó «un proceso mucho menos dinámico que el de fines de 2024 y principios de 2025, porque los problemas de ingresos vienen impactando en el crecimiento del crédito vía mora e incobrabilidad».
Y agregó: «No solo no vemos un cambio significativo en este plano, sino que el Gobierno sigue operando de forma sostenida, poniéndole un límite a la recuperación de ingresos salariales y no salariales». Los salarios registrados aumentaron apenas 1,3% promedio durante septiembre y perdieron frente a la inflación de ese mes (2,1%), según el INDEC. En consecuencia, la baja del salario real formal fue del 0,8% en el noveno mes del año, luego de que en agosto registrara un incremento del 0,5%.
Al cierre de octubre de 2025, el saldo total de préstamos en pesos al sector privado alcanzó los $84,9 billones, con un crecimiento mensual real de apenas 0,3% y un avance interanual del 39,4%, según First Capital Group.
«Mientras los préstamos comerciales lideran en volumen, los préstamos personales registraron su primera caída mensual real (-0,3%) desde marzo de 2024, aunque mantienen un crecimiento interanual del 73,3%. Las tarjetas de crédito también retrocedieron (-1% mensual real), afectadas por la escasa oferta de cuotas y la falta de actualización de límites», plantearon desde la ALyC.
En este sentido, Guillermo Barbero, socio de la entidad, señaló: «Para ver un resurgimiento de las carteras, no sólo es clave que las tasas sigan bajando, sino también que se extiendan los plazos de financiación«.
Por su parte, First Capital también destacó que «por primera vez en casi dos años, la cartera en dólares cayó (-2,5% mensual), impulsada por la retracción en préstamos comerciales (-3,6%) y una fuerte contracción en financiación con tarjetas (-16% mensual)», producto de «las expectativas de devaluación del peso, que desincentivaron el endeudamiento en moneda extranjera».
Y agregaron: «El mercado crediticio se encuentra en un punto de inflexión. Aunque el crecimiento real es aún tenue, la baja de tasas y la posible extensión de plazos podrían revitalizar la demanda en los próximos meses. Sin embargo, la cautela de los bancos frente al aumento de la morosidad y la incertidumbre cambiaria seguirán marcando la agenda».
Por otra parte, la economista especializada en desarrollo productivo, Agostina Monti, explicó a este medio que «muchos empresarios (pyme) están viendo una expectativa positiva a futuro, y eso, junto con un mejoramiento de tasa, les aliviana un poco el peso». Se trata de un reclamo de todo el entramado industrial, incluida la UIA.
Según los últimos datos del Banco Central, la tasa de interés anual de préstamos por adelantos en cuenta corriente se encuentra en 38%, muy por encima del 20,8% de inflación para los próximos 12 meses que proyectan los bancos, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) de octubre.
Monti explicó que «esas expectativas más positivas tienen que ver con el hecho de que el dólar va a estar alrededor de $1.500, la inflación está alrededor del 2% y eso les da una idea para planificar».
Sin embargo, reconoció que «hoy ninguna de las empresas está pensando endeudarse para hacer una inversión que amplíe la capacidad productiva, porque no saben cuándo el mercado va a empezar a consumir más, sobre todo los que se dedican al mercado interno«.
En octubre, las ventas minoristas pymes registraron una caída interanual de 1,4%, según la CAME. En la comparación mensual desestacionalizada, se observó un incremento de 2,8%. En lo que va del año, las ventas acumulan un aumento interanual de 4,2%.
El estudio «Estrategias de manutención: ¿cómo organizan su economía los hogares argentinos?» del INDEC reveló que «en el primer semestre de 2025, uno de cada cuatro hogares se endeudó y, dentro del estrato de ingreso bajo, lo hizo uno de cada tres». Se trata de una tendencia que también hallaron distintos relevamientos privados.
Por ejemplo, en un estudio sobre el comportamiento de los usuarios financieros, la consultora D’Alessio IROL halló que el 44% de los encuestados se siente más endeudado que el año pasado, una situación que se incrementa a medida que se baja en el escalafón de ingresos: los encuestados de nivel medio-alto afirmaron en el 26% de los casos, en el nivel intermedio un 39% y en el nivel medio-bajo 59%.
De manera similar, se encontró que el 40% de los hogares encuestados destina más de la mitad de sus ingresos mensuales para pagar deudas: 16% en el nivel medio-alto, 37% en el nivel medio y 55% en el nivel medio-bajo.
Nora D’ Alessio, CEO de la consultora también advirtió que «la morosidad está subiendo». Y ahondó: Cuando miro la data que están generando los clientes y veo que aumenta el pago en cuotas en los supermercados es lo más probable que comience a aumentar la morosidad».
Sobre este punto, de acuerdo al propio INDEC, el 50,9% de los hogares durante el primer semestre de este año recurrió a compras en cuotas o al fiado con tarjeta de crédito o libreta como estrategia de manutención.
