Categorías
Noticias Política

Hay una tregua interna entre Karina Milei y Santiago Caputo

“Una SIDE seria y profesionalizada”, respondió Cristian Auguadra, ante un grupo de periodistas que, en los pasillos de la Casa Rosada, habían detectado su presencia. El miércoles por la tarde, el flamante titular de la central de los espías salía apurado del despacho de Santiago Caputo, que a través de su designación “blindó” el área bajo su control, luego de rumores que daban a Karina Milei, la gran ganadora en la interna oficialista, con intenciones de avanzar sobre el organismo que nuclea a los espías nacionales y otros sectores que responden al consejero monotributista.

El blindaje de Caputo en la SIDE −impulsó la llegada de Auguadra en lugar de Sergio Neiffert− forma parte de una tregua más amplia entre Karina Milei y el asesor presidencial, con señales concretas para los referentes de “Las Fuerzas del Cielo”. El mismo día que se conoció el cambio de cúpula en la SIDE, el “celestial” Agustín Romo logró el aval legislativo para continuar como jefe del bloque libertario en la Cámara de Diputados bonaerense.

Aún resta confirmarse el destino de Nahuel Sotelo, secretario de Culto, quien juró como diputado bonaerense, pero que se quedaría (licencia o renuncia son sus opciones) en su puesto en la sede de la calle Esmeralda. La sucesión de Alberto Baños, renunciado subsecretario de Derechos Humanos, también correrá por cuenta del asesor presidencial, a través del viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, descontaban desde ese ministerio.

“Ellos están en paz”, graficó unas de las voces del oficialismo. “Hubo quienes quisieron avanzar sobre áreas de Caputo, y les dijeron que sacaran los dedos de allí. La cosa es entre Karina y Santiago”, sostuvo un referente legislativo libertario, con la mira puesta en la ya exministra de Seguridad Patricia Bullrich.

“Esto demuestra que todo lo que se decía sobre un avance de Karina era una operación. Como si estuviera en duda que Santiago seguirá administrando lo que los Milei decidieron que administre”, afirmaron muy cerca del consejero presidencial, con tono de revancha contra “quienes quisieron esmerilarlo”, sin dar nombres propios.

En aquel apurado paso por la Rosada –volvió un rato después a sacarse la foto oficial−, el nuevo titular de la SIDE hizo suyos los objetivos en esta nueva etapa, presentes en el comunicado oficial que informó el cese de Sergio Neiffert como “señor 5″, y también en la denominada “política de inteligencia nacional”, conocida vía redes sociales oficiales en la noche del jueves.

Objetivos muy amplios, como la “profesionalización”, “excelencia operativa” o “modernización técnica y operativa”, están presentes en ambos textos, y se orientarán, en el ámbito externo, a estrechar aún más los lazos construidos con la CIA y el Mossad, en prevención a eventuales acciones de terrorismo, con el conflicto en Medio Oriente y el asedio de Estados Unidos a la Venezuela de Nicolás Maduro como principales focos de conflicto.

“Las directivas del Presidente son para todo el Estado, por eso los principales aliados para el trabajo son el Mossad y la CIA. La idea es profesionalizarse más e ir por ese lado”, contaron fuentes oficiales con conocimiento del área de inteligencia. “Prevenir y combatir el terrorismo y el crimen organizado en todas sus manifestaciones” es uno de los objetivos generales, planteados por la SIDE en el inicio mismo de la nueva etapa.

Mientras aseguran que Neiffert se fue por un “desgaste lógico” luego de dos años, en la nueva conducción soslayan las nunca desmentidas peleas a los gritos y pedidos de enviados de Caputo para que renuncie, y ponen en puntos suspensivos los cerca de 130 empleados en principio despedidos por su cercanía con el exjefe de la SIDE. Otras fuentes aseguran que es “innegable” que los coqueteos de última hora de Neiffert con Karina Milei precipitaron el final del vínculo.

Cerca del asesor presidencial afirman que la estructura actual no tendrá más cambios de nombres. Seguirán en sus puestos el “señor 8″, Diego Kravetz –Auguadra mismo le habría avisado sobre su continuidad− y el subsecretario administrativo de la SIDE, José Francisco Lago Rodríguez, virtual número dos del organismo, uno de quienes fue, en una medianoche de principios de noviembre, a la casa de Neiffert a pedirle la renuncia en nombre del consejero presidencial. También el excomisario Alejandro Cecati (a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional) y Alejandro Walter Colombo (director de Servicio de Inteligencia Argentino), mientras que el reemplazante de Cristian Auguadra en la División de Asuntos Internos de la SIDE será Diego Enrique Valdiviezo, otro funcionario ligado a Santiago Caputo.

Desde Balcarce 50 aseguran que la SIDE seguirá “en línea con los objetivos que se mencionaron oportunamente”, en referencia al Plan de Inteligencia Nacional, que cada año se presenta ante los diputados y senadores que conforman la Comisión Bicameral de Seguimiento de Actividades de Inteligencia en el Congreso. La comisión aprobó, días atrás, y fruto de un acuerdo entre el kirchnerismo y los libertarios, los ejercicios de 2023 y 2024, es decir, el último año del gobierno del Frente de Todos y el primero de Javier Milei, con Neiffert a la cabeza de la SIDE.

Expertos en el mundo de los espías aseguran que será “muy difícil” que Auguadra pueda ordenar, al menos en el corto plazo, las divisiones internas. Entre los cerca de mil empleados que reconoce la secretaría sostienen su influencia Jaime StiusoFernando Pocino y César Milani, rémoras de otros tiempos y distintos gobiernos en la SIDE.

Sí seguirá, según parece, el flujo de fondos para el “funcionamiento” de la secretaría. La semana pasada, por caso, el Gobierno destinó a la SIDE, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) publicado en el Boletín Oficial, $26.117.900.000, en concepto de “reconducción del presupuesto”, según explicaron en la Casa Rosada.

Seguirá vigente también el contrato firmado con la empresa Tactic Global LLC, del ascendente empresario Leonardo Scatturice, para que sea un “enlace” entre las presidencias argentina y de Estados Unidos. Entre los trabajos acordados, por U$S 10.000 mensuales, aparece la coordinación de reuniones y la asesoría al propio organismo de espías.