Previo a la sesión en la Cámara de Diputados donde recibió media sanción el Presupuesto 2026, el gobernador Osvaldo Jaldo, recibió ATN por un monto de 20.000 millones de pesos.
Al referirse al tema el primer mandatario sostuvo que esos recursos son de la provincia, que es parte de la deuda que la Nación tiene con Tucumán.
En el Gobierno nacional están enojados con los gobernadores que recibieron fondos y luego sus diputados votaron en contra del artículo del Presupuesto que eliminaba el financiamiento universitario y la declaración de emergencia en discapacidad, que genera mayor gasto público.
Hay que recordar que los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) están contemplados en la Ley de Coparticipación Federal. Esos fondos se crearon como objetivo atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros de los gobiernos provinciales. Muchas veces los recursos disponibles no se distribuyen por falta de eventos que lo justifiquen. El Gobierno nacional al no repartirlo los incluye dentro del superávit fiscal.
Jaldo al ser consultado sobre el tema enfatizó: “los ATN no son un premio, ni se compra nada; son fondos de las provincias”. De esta forma desvirtúa cualquier reclamo que se le pueda hacer por la forma que votó el bloque Independencia en contra de la eliminación del financiamiento universitario y la declaración de emergencia en discapacidad.
Cada gobierno nacional distribuye los fondos con criterios subjetivos, por ejemplo Cristina Kirchner, solo repartió el 7% de los fondos disponibles sin recibir demasiadas quejas de los gobernadores peronistas en ese momento, se supone que es por pertenecer al mismo partido, una actitud clásica. En cambio Alberto Fernández, que tuvo que enfrentar la pandemia repartió el 90% de los recursos disponibles.
Prima el criterio político para repartir los fondos, cada gobierno tiene siempre la costumbre de premiar y castigar lealtades enviándole fondos e incluso se utilizaron para domesticar a los que pertenecen al mismo partido político como lo hizo Macri con Rodríguez Larreta. No hay ninguna virtud en estas acciones ni dejan buenas enseñanzas democráticas.
Habrá que esperar para analizar el comportamiento del gobierno de Milei sobre este tema, pero pareciera que la discrecionalidad política de este gobierno demuestra que es una «cultura política argentina».
