Una frase extraña, ajena al tono técnico de cualquier sentencia, encendió las alarmas: “Aquí tienes el punto IV reeditado, sin citas y listo para copiar y pegar”. Esa línea, incrustada en el texto decisorio, reveló que un asistente de inteligencia artificial había intervenido en la redacción. El desliz fue suficiente para que la Cámara Penal de Esquel derribara todo […]
