Dieciséis mujeres, algunas de ellas muy jóvenes, suben al escenario de un auditorio y más de 900 editores reunidos aquí, en el Congreso Mundial de Medios (WAN), se ponen de pie para ovacionarlas. Lucen serias y compungidas, y algunas llevan sus brazos derechos al pecho para posarlos sobre el corazón. La imagen es de una orfandad desoladora. […]
