El economista de Econviews Andrés Borenstein analizó la calma del dólar y lo que puede ocurrir de cara a octubre, se refirió a los controles del Gobierno en su lucha por contener la inflación y las perspectivas sobre la recuperación económica ante la segunda ola de covid.
Periodista: ¿Cree que el ingreso de divisas que se espera por parte del agro puede ayudar al Gobierno para mantener el dólar estable por un tiempo?
Andrés Borenstein: Claramente ayuda. De hecho, la tranquilidad que tuvimos en lo que va del año, en buena medida se la debemos a eso. Porque no son solamente los dólares que ya entraron, sino también la expectativa que tiene el mercado de más dólares. Eso por sí solo suele ayudar. No tengo dudas que es una buena noticia para el Gobierno y para el país.
P.: ¿Cree, entonces, que esta calma podrá sostenerse en los próximos meses hasta las elecciones de octubre?
A.B.: Me parece que es muy difícil de saberlo. Primero, porque los precios tienen cierta volatilidad. Segundo, porque la cosecha fue peor que la del año pasado en volumen. Y tercero porque con este nivel de inflación, si bien podés sostener el dólar oficial más bajo, probablemente en algún momento no puedas seguir comprando dólares como estás comprando ahora. Además, el agro tiene cierta estacionalidad. Entonces, es difícil saber si se sostendrá la calma cambiaria hasta octubre. A medida que los precios sean buenos, hay más chance de que así sea.
P.: Habló de la inflación, ¿qué opina de las últimas medidas dispuestas por el Gobierno para contener la suba de precios?
A.B.: No creo que puedan funcionar en el mediano y largo plazo. Quizás alguna de esas medidas puede ayudar en el muy corto plazo. Pero la inflación nunca baja estructuralmente por estas medidas. La inflación es un tema del Banco Central, entonces sí puede ayudar el tener el dólar más contenido. Más controles pueden ayudar en el corto plazo, pero lo que termina pasando es que reducen la producción de mediano y largo plazo, porque a la gente no le gusta invertir y trabajar con este tipo de controles. Lo mismo pasa con la historia de pisar las importaciones: las pisás porque querés dólares, pero empiezan a escasear los productos y entonces suben los precios por ese lado. Es como una frazada corta, no me gustan estas medidas.
P.: Con los niveles de inflación de los primeros meses, parece difícil que se cumpla la meta del 29%. ¿Cree que, en ese contexto, se dará este año una recuperación del poder adquisitivo para que repunte el consumo?
A.B.: Nosotros proyectamos una inflación del 46% de punta a punta. Y me parece que va a haber revisiones de los acuerdos salariales. No sé cómo quedarán, pero me da la impresión de que el Gobierno va a tratar de que queden parejos con la inflación. Por otro lado, también es cierto que cuando se ven los números, me da la impresión de que la reactivación ya ocurrió: desde el piso de abril y mayo del año pasado se levantó un montón; se llegó bien a enero, el jueves (por hoy) salen los números de febrero que van a dar mal y después los de marzo, que van a dar bien. Y creo que el segundo trimestre va a ser flojo, porque con las restricciones a determinadas actividades, va a haber una caída del nivel de actividad. Y, dependiendo de cuándo terminen las restricciones y cómo avance la vacunación, uno se imagina que el segundo semestre algo va a recuperarse. Pero no me imagino un boom de consumo para el segundo semestre. Si, de repente, la vacunación acelerara, quizá puede haber una mayor normalidad en julio de la que hoy estamos pensando. Pero veo el segundo semestre como un semestre flojo.
P.: ¿Por las nuevas restricciones, habrá que rever las previsiones del rebote de la actividad para este año?
A.B.: Nosotros teníamos un 7% y dentro de ese número estaba contemplado algún parate. Lógicamente, el tamaño exacto de ese parate nadie lo puede estimar.
P.: El anuncio de la fabricación de la vacuna en Argentina, ¿puede generar un impulso en cuanto a las expectativas?
A.B.: Es posible. Si tuviéramos más disponibilidad de la vacuna en julio, va a ayudar a tener un mejor nivel de actividad. Porque con la vacunación se puede empezar a abrir un poco más.
P.: ¿Cómo ve la negociación que lleva adelante Martín Guzmán con el Fondo y cuán urgente cree que es llegar a un acuerdo?
A.B.: Creo que cuanto antes, mejor. De todas formas, tengo la impresión de que no va a ocurrir antes de las elecciones. Da la impresión de que, más allá de la buena voluntad de Guzmán de hablar con todo el mundo, el acuerdo se dará para fin de año o principio del año que viene./Ambito