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Luego de la nueva crisis política, Alberto y Cristina se reunirán cara a cara

Luego de una de esas jornadas en Olivos que quedan en el recuerdo, el presidente Alberto Fernández dialogó con la vice Cristina Kirchner por la designación de la secretaria de Provincias, Silvina Batakis, como el reemplazo de Martín Guzmán para el ministerio de Economía. Y acordaron encontrarse personalmente este lunes, en su primer diálogo cara a cara en mucho tiempo, en el que se espera que puedan limar las diferencias que sacudieron al Frente de Todos durante las últimas semanas. El cambio de Batakis entra en la lógica de todas las últimas modificaciones ensayadas por el Ejecutivo, que suplanta funcionarios identificados con el Presidente por otros provenientes del peronismo más tradicional. Una vez más quedó postergada la idea de «relanzamiento» que se había manejado durante el fin de semana, que tendría vértice en Sergio Massa. «No entra al gabinete», bajaban la persiana anoche en Olivos al presidente de la Cámara de Diputados.

Como muchos argentinos que seguían las alternativas de lo que sucedía en la quinta presidencial a través de los medios, la titular de Abuelas, Estela Carlotto, no pudo controlar su ansiedad y llamó al Presidente para convencerlo de que se comunicara con Cristina. No fue la única. También hubo funcionarios y gobernadores que mediaron para que, ya avanzada la tarde, Alberto le enviara un mensaje a la vice preguntándole si podía hablar y luego conversaran durante casi una hora. El nombre de Batakis, sugerido por el Presidente, surgió como opción de consenso.

Pero casi tan importante como esa decisión será que este lunes el Presidente y la vicepresidenta volverán a encontrarse luego de mucho tiempo para charlar sobre el rumbo de la gestión y cierren la discusión pública que vienen manteniendo a través de discursos y entrevistas. Desde aquel acto en Tecnópolis donde coincidieron por última vez ya dejaron el gabinete Guzmán y Matías Kulfas, sin que por eso disminuya la tensión. El diálogo mano a mano resulta indispensable.

 «No hay pobreza digna. Es pobreza, y hay que combatirla. Se combate con un Estado que planifica e interviene, y con una sociedad que lo imponga como meta social», es el tuit fijado de la nueva ministra en su cuenta de la red social, escrito a fines de 2019. Daniel Scioli la tuvo como ministra en la provincia de Buenos Aires y había anticipado que se haría cargo de Economía en caso de que llegara a la Casa Rosada en 2015. Batakis venía ocupando la secretaría de Provincias, secundando a Eduardo «Wado» de Pedro en el Ministerio del Interior. Desde allí fortaleció su relación con los gobernadores y, en especial, tomó relevancia en la disputa de Nación con la ciudad de Buenos Aires por los fondos coparticipables, donde le tocó defender el recorte de los envíos. 

Como ocurrió en los casos de Juan Manzur, Aníbal Fernández, Julián Domínguez, Daniel Scioli y Agustín Rossi, los cambios resueltos desde las PASO a esta parte, la nueva ministra proviene del elenco de funcionarios del peronismo. Es un origen menos exótico que el profesor de Columbia Martín Guzmán, a quien desde las filas partidarias acusaban de «falta de calle» para aproximarse a los padeceres del hombre común, el tradicional votante del peronismo que prefirió quedarse en su casa en la elección legislativa. Anoche los gobernadores del Frente de Todos se turnaban para saludar su designación, recibida con alegría en todo el oficialismo.

Fue el consenso mínimo al que pudieron arribar Alberto y Cristina luego de una jornada intensa, donde se barajaron distintas opciones. La posibilidad de Massa como jefe de gabinete junto a la llegada de un equipo de funcionarios se fue diluyendo con las horas. Según versiones surgidas de Olivos, su candidato para ocupar el ministerio de Economía era el titular del Indec, Marco Lavagna, quien habría rechazado el ofrecimiento. Al Presidente además lo habrían fastidiado las distintas versiones que se iban filtrando a través de los medios sobre posibles llegadas, que adjudicaba al titular de la Cámara de Diputados y su entorno. En definitiva, el desembarco de Massa implicaban demasiados cambios -Economía, Banco Central y AFIP- y Fernández prefirió bajarle el pulgar. Eso facilitó la conversación con Cristina.

Es de esperar que Batakis ahora mantenga una relación más armónica con los funcionarios de Energía enrolados en el kirchnerismo, que chocaban permanentemente con Guzmán. En tanto que el confirmado presidente del Banco Central, Miguel Pesce, saludó el arribo de la nueva ministra a quien calificó como «una excelente funcionaria que seguramente hará un gran trabajo». Habrá que esperar cómo la reciben los mercados en la apertura del lunes, pero en eso seguramente influirá más la conversación que mantendrán Alberto y Cristina en Olivos. Un consenso entre los consultores económicos era que para tranquilizar las principales variables lo primero es que el Frente de Todos armonice su liderazgo político antes que cualquier medida que pudiera decidirse.

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