El presidente de la Nación, Alberto Fernández, encabezó el acto aniversario de la declaración de la Independencia en la Casa Histórica de Tucumán.
Acompañado por algunos funcionarios del gabinete, además, del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, Fernández estuvo flanqueado por Juan Manzur, Jefe de Gabinete y gobernador en uso de la licencia, y por Osvaldo Jaldo, gobernador interino, El presidente se dirigió en un discurso al país.
Alberto Fernández, afirmó inicialmente «estoy feliz de estar en Tucumán», para luego recordar el acto que llevaron a cabo los congresales en 1816, haciendo hincapié en el contexto histórico de aquel momento, mencionando las dificultades que se enfrentaron los patriotas.
En dos oportunidades aludió a la necesidad de la unidad para llevar adelante las epopeyas que reclama la historia en cada momento.
Pidió imitar a los próceres que pusieron el «interés general» por encima de las parcialidades. utilizó la metáfora de «derribar muros» y construir acuerdos.
Aprovechó para decir que para enfrentar los desafíos que hoy ensombrecen al país es necesario acordar un «consenso político» vital y necesario.
«Sueño con una argentina federal» afirmó en un momento de su discurso desde la Casa Histórica de Tucumán.
No dejó pasar el momento para referirse a la oposición política, recordando las críticas que recibió sobre el plan de vacunación durante la pandemia.
«La Argentina está de pie, y camina aunque muchos quieran negarlo» sostuvo. Luego se refirió a las consecuencias de la inflación y al déficit fiscal, afirmando que esta realidad difícil tuvo como responsable a Mauricio Macri, a quien volvió a cuestionar por el préstamo solicitado al FMI.
«Bajen las armas, acá hay un pueblo que quiere comer» afirmó dirigiéndose a quienes identifica como sectores opositores a lo que el presidente denomina como «pueblo».
«Los convoco a no sucumbir en el desánimo» expresó en la parte final de su discurso. Propuso trabajar en unidad para recuperar las condiciones necesarias para el crecimiento económico, donde la distribución de la riqueza no deje espacio a la injusticia ni a la pobreza.
Alberto Fernández, emitió un discurso ameno con palabras prudentes y sin los tonos altisonantes de otras oportunidades. Se mostró calmo y concentrado durante el uso de la palabra y dejó la imagen de un presidente que convoca al país a hacerse cargo de los desafíos.
Si bien no le faltaron críticas y cuestionamientos a quienes identifica como opositores y elípticamente se refirió a la posición disruptiva de Cristina Fernández.
El presidente no sorprendió con las palabras pronunciadas. Simplemente repitió el esquema de otras oportunidades.
