Aldo Díaz, el hombre que, en la noche de este domingo, atropelló a 23 personas frente a un teatro en Godoy Cruz, Mendoza, donde actuaban Soledad Silveyra y Verónica Llinás, fue imputado por lesiones culposas graves y leves por «la conducción antirreglamentaria e imprudente» de su auto.
Por el accidente que derivó en que el auto se incrustara en el Cine Teatro Plaza de la localidad mendocina, el fiscal de la causa, Jorge Calle, acusó a Díaz por un delito agravado por implicar «más de una víctima» e informó que el conductor seguirá detenido porque «quedan medidas de prueba pendientes», tras las cuales «se evaluará e informará si recupera la libertad».
Previo a la imputación, el fiscal había confirmado que los primeros resultados de las pericias arrojaron que el conductor no tenía alcohol en sangre. Al mismo tiempo, agregó sobre el implicado que se trata de «una persona discapacitada, tiene problemas de movilidad y necesita de un andador para caminar, tiene un problema motriz» y agregó que «el automóvil no estaba adaptado para su condición, es un automóvil con caja automática».
Sobre la mujer atropellada de 27 años que recibió la peor parte del impacto, se conoció un nuevo parte médico y su estado continúa siendo grave: presenta coágulos de sangre en el cráneo y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Se encuentra con asistencia respiratoria y su pronóstico es reservado.
«Continúa en la unidad de cuidados intensivos, con asistencia respiratoria mecánica bajo sedación profunda y analgesia, con pronóstico reservado», informaron los médicos que la atienden en el Hospital Central.
Otras dos mujeres debieron ser atendidas en el mismo centro hospitalario, aunque revisten casos de menor gravedad.
El parte médico indicó que Lidia Poloma, de 75 años, presenta «regular estado general y se encuentra es una sala común», con seguimiento por traumatismo facial y ocular; mientras que Alejandra Córdoba, de 59 años, evoluciona satisfactoriamente y está en tratamiento por parte del el servicio de cirugía de tórax.
Así fue el accidente
Aldo Díaz había salido de ver la obra Dos locas de remate, que protagonizan Soledad Silveyra y Verónica Llinás, con un acompañante. El auto, un Volkswagen Virtus blanco, con cambios automáticos, estaba estacionado justo al ingreso al teatro. Se subió, lo puso en marcha y aceleró marcha atrás. Varias de las personas que atropelló se habían quedado frente a la sala para saludar a las actrices.
Según el parte oficial del Ministerio de Seguridad, al conductor «se le habría ‘pegado’ la marcha atrás del vehículo automático», lo que generó que el auto ingresara a gran velocidad a la vereda del teatro.
Las propias actrices contaron la situación que les tocó vivir y el momento de terror que presenciaron. Silveyra, con la voz entrecortada por el llanto, describió aquel instante: «Estamos muy mal, es una tragedia espantosa, un auto se metió de cola y atropelló a la gente que nos estaba esperando. Eran unas 20 personas tiradas, abajo del auto había como 7 u 8«, le dijo Silveyra a Clarín.
La actriz continuó: «Nos quedamos ahí con Vero un rato, después nos sacaron y nos sentimos mal porque nos hubiésemos querido quedar hasta último momento. Había mucha sangre y una señora con un ojo espantoso«.
Por su parte Llinás también habló con Clarín y contó lo que vivió: «Fue al final de la función. Nosotras tardamos un poco porque hicimos unas fotos con el productor local y ahí escuchamos el estruendo. Un auto se metió dando marcha atrás, se fue encima de toda la gente que estaba esperando, rompió las puertas del teatro y se quedó arriba de un montón de gente”.
En ese sentido, agregó: «Vino la ambulancia y creo que hay algunos que parecían graves. Estamos shockeadas y esperando que no se tenga que lamentar ninguna muerte».
