La subvariante BA.5 de Ómicron, actualmente la variante dominante del coronavirus en Estados Unidos y ya presente en la Argentina, es cuatro veces más resistente a las vacunas del Covid-19, de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista Nature.
El estudio encontró que la variante es cuatro veces más resistente a vacunas de ARN mensajero que las subvariantes anteriores de Ómicron, incluyendo a las vacunas contra la Covid de Pfizer y Moderna.
La subvariante es «hipercontagiosa» y está contribuyendo al aumento de las hospitalizaciones y del ingreso a unidades de cuidados intensivos, señaló el jueves la Clínica Mayo en un informe.
La subvariante BA.5 representó el 65 por ciento de casos de COVID-19 en Estados Unidos en la semana que terminó el 9 de julio, de acuerdo con los datos más recientes de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos.
Las personas no vacunadas tienen cinco veces más probabilidades de contraer el virus que las que están vacunadas y han recibido refuerzo, mientras que su probabilidad de ser hospitalizadas es 7,5 veces mayor y la de fallecer es entre 14 y 15 veces mayor, dijo el doctor Gregory Poland, jefe del Grupo de Investigación de Vacunas de la Clínica Mayo.
Pedido de la OPS
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió esta semana a los países de la región que «trabajen juntos para satisfacer la creciente demanda de vacunas, medicamentos y otros equipos médicos», en un contexto de subida de casos de Covid-19.
La directora del organismo continental, Carissa Etienne, dijo que la aparición de los sublinajes de Ómicron es «un recordatorio más de que el virus sigue evolucionando cada vez que se transmite, y de que debemos permanecer vigilantes».
La OPS advirtió en su comunicado que los sublinajes BA.4 y BA.5 de Ómicron impulsan una nueva ola de infecciones por Covid-19 en las Américas. Etienne dijo que los países de la región deben «estar mejor preparados para el futuro» y anunció un plan en tres fases para trabajar con los países y los donantes internacionales para reforzar la capacidad regional de producir vacunas y dispositivos médicos.
La primera fase se centrará en fortalecer la investigación y el desarrollo en América Latina y el Caribe, en particular en el área de desarrollo de vacunas de ARN mensajero (ARNm) y la segunda fase en el desarrollo de un sistema de regulación regional para garantizar que las nuevas herramientas médicas sean seguras y eficaces.
Mientras que «para la tercera fase la OPS trabaja con socios regionales e internacionales en la creación de una hoja de ruta para mejorar la producción de tecnologías sanitarias en las Américas», indicó el organismo.