Un tribunal canadiense autorizó la venta de decenas de propiedades de la Iglesia Católica en Canadá, incluidas más de una docena de templos, para pagar indemnizaciones a las víctimas de abusos sexuales y físicos cometidos hace décadas por religiosos católicos.
La autorización judicial permite la venta de las propiedades en 34 parroquias en la isla de Terranova, en la costa del Atlántico canadiense, incluida la catedral basílica de San Juan Bautista en San Juan de Terranova.
Según documentos que dio a conocer la cadena canadiense CBC, la mayoría de las propiedades a la venta, con un valor estimado de 15,5 millones de dólares, serán adquiridas por organizaciones y grupos católicos.
Además, los tribunales canadienses podrían aprobar en las próximas semanas la venta de otras 70 propiedades de la Iglesia católica en Terranova.
El dinero obtenido será destinado a indemnizar a las víctimas del orfanato Mount Cashel, una institución de San Juan de Terranova regentada durante más de un siglo por la congregación de los Hermanos Cristianos.
La Kamloops Indian Residential School funcionó desde 1893 hasta 1978
En 1986 una investigación policial empezó a revelar los abusos sexuales y físicos cometidos durante décadas en el orfanato por parte de los religiosos, y entre 1989 y 1992 una comisión real investigó las acusaciones.
El informe final de la comisión constató que la Iglesia y las autoridades locales, incluida la Policía Montada, habían ocultado los abusos en la institución, en la que estaban internados niños que no eran huérfanos pero que habían sido colocados bajo la custodia de la provincia y que cerró sus puertas en 1990.
Un total de 11 religiosos fueron condenados a penas de entre 4 meses y 11 años de prisión, y en 1992 la congregación de los Hermanos Cristianos se disculpó oficialmente con las víctimas, pero la congregación irlandesa también se declaró en bancarrota, lo que imposibilitó el pago de indemnizaciones.
Durante décadas, centenares de víctimas de los abusos lucharon para obtener una indemnización, hasta que en 2019 los tribunales sentenciaron que la Corporación Episcopal de dicho credo en San Juan de Terranova era responsable indirecta de los abusos cometidos.
La aprobación de la venta de las propiedades de la Iglesia Católica en Terranova se produce poco antes de que el 24 de julio llegue a Canadá el papa Francisco para disculparse ante los indígenas.
El perdón de la Iglesia y el último cura detenido
El mes pasado, la policía canadiense arrestó al ya retirado cura católico Arthur Masse (92), por una presunta agresión sexual cometida hacia una estudiante indígena hace cinco décadas.
Son los cargos más recientes presentados contra uno de los implicados en el escándalo de los internados religiosos de ese país, que funcionaron desde 1863 hasta 1998 y que en sus alrededores fueron encontradas en 2021 más de 1.300 tumbas y fosas.
Fue imputado por agresión indecente y luego puesto en libertad condicional, aunque deberá presentarse ante la corte este miércoles el 20 de julio.
La víctima que provocó el arresto de Masse tenía 10 años cuando, según denunció, comenzaron los abusos en el internado de Fort Alexander en Manitoba, entre 1968 y 1970.
Tras una reunión con representantes de varias tribus, el pontífice manifestó su deseo de viajar al país a fines de julio.
Por su parte, el papa Francisco pidió «disculpas» por la tragedia de la violencia ejercida durante décadas en internados católicos para indígenas en Canadá, y manifestó su deseo de viajar a ese país a finales de este mes.
«Pido perdón a Dios» y «me uno a mis hermanos obispos canadienses para pedir disculpas», declaró el sumo pontífice en abril, durante una audiencia en el Vaticano antes las delegaciones mestiza, inuit y de los pueblos originarios de Canadá.
A través de las voces de los indígenas «he recibido, con una gran tristeza en el corazón, los relatos de sufrimientos, privaciones, tratos discriminatorios y diversas formas de abuso sufridos por varios de ustedes, especialmente en los internados«, declaró el papa argentino.
Francisco fustigó la «colonización ideológica» y la «acción de asimilación» de la que «tantos niños fueron víctima».
En coincidencia, en febrero pasado un influyente cardenal pidió perdón por los abusos sexuales del clero.
Fue el «ministro» de Bergoglio para los Obispos, el cardenal canadiense Marc Ouellet, quien declaró: «Quiero expresar nuestro sincero pesar y pedir perdón a las víctimas que sufren sus vidas destruidas por un comportamiento abusivo y criminal».
Una historia sombría en los internados
Entre finales del siglo XIX y la década de 1980, unos 150.000 niños indígenas, mestizos y esquimales fueron reclutados a la fuerza en 139 internados en Canadá.
Miles de ellos murieron, en su mayoría de desnutrición, enfermedades o negligencia, en lo que el Comité para la Verdad y la Reconciliación llamó «genocidio cultural», según un informe de 2015. Otros fueron abusados física o sexualmente.
Funcionaron desde 1863 hasta 1998 y se estima que 150 mil niños fueron llevados a la fuerza.
El gobierno canadiense ha admitido que los abusos físicos y sexuales eran frecuentes en las escuelas, y que los alumnos eran golpeados por hablar en sus lenguas nativas.
Casi tres cuartas partes de las 130 escuelas residenciales eran dirigidas por congregaciones misioneras católicas.
El legado de esos abusos y el aislamiento de la familia han sido citados por los líderes indígenas como una de las causas principales de las tasas epidémicas de adicción al alcohol y las drogas en las reservas canadienses.