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Un “Tinder” para ser padres, la plataforma que une a los que quieren tener hijos

Conviértase en padre, copadre, homopadre o cree su familia. Parece una publicidad online de esas que esconden algún virus. O el comienzo de la nueva temporada de Black MirrorPero nada tiene de negativo ni de ilegal. Sí tiene que ver con «cambiar el mundo a través de la tecnología de Internet».

La propuesta –tan amplia, tan diversa, tan personal– la hace Coparentalys, una plataforma que se define como un «sitio de citas para hacer un niño». Es un «Tinder filiatorio», donde la voluntad procreacional empieza con crear una cuenta.

Coparentalys (tiene más de 45.000 usuarios en el mundo), fue noticia estos días en Argentina por ser la página desde las que dos hombres conocieron a una mujer para tener un hijo y la Justicia dijo que el bebé es de los tresUn fallo a favor de este «poliamor filiatorio» permitió que el bebé, que nació en junio, fuera anotado en el Registro Civil porteño con tres progenitores.

Ni ellos dos, que son pareja, ni la mujer, que es soltera, buscaban subrogar un vientre o elegir un donante de semen. Ellos querían una madre y ella, un padre (y se encontró con dos).

Empezaron a chatear desde la plataforma, después pasaron a WhatsApp, una videollamada tímida y llegó el encuentro que derivó en unirse para coparentar. Sólo para eso se habían logueado. No son un trío y la crianza será en dos hogares separados.

Cómo funciona el sitio

Coparentalys fue creada por franceses en 2014, tiene casi nula actividad en Twitter, no hay cuenta verificada en Instagram y postea varias veces por semanas en Facebook, donde supera los 10 mil seguidores.Futuros padres en línea. Así se ven los perfiles en Coparentalys

Futuros padres en línea

Para entenderla hay que olvidarse de todo lo que se sabía hasta ahora de apps de citas (la app no funciona en nuestro país, sólo la plataforma), como Tinder, Happn o Bumble. El algoritmo busca un match para pañales.

Clarín contactó a Coparentalys para conocer más detalles de cómo funciona la plataforma, pero no obtuvo respuesta. «Esta página de citas reúne a quienes desean concebir un hijo de una manera diferente. Para las parejas homosexuales, para las personas solteras que desean tener un hijo, o para las parejas heterosexuales que no pueden concebir», describen en www.coparentalys.com. 

Apuntan a que no hay «eufemismos o palabras tácitas», que el objetivo es explícito, y que no hay «perfiles sospechosos». Hablan de una «comunidad» y ofrecen «en unos pocos clicks, cientos de perfiles de personas que corresponden a sus expectativas, para que puedan iniciar la conversación y eventualmente conocerse». 

¿Cuál es el concepto? Explican que «a diferencia de otros sitios de encuentros en los que la mayoría de la gente busca relaciones de una noche», acá ofrecen «encuentros de confianza». La justificación de tanta seguridad es que «los miembros registrados buscan una relación seria, porque quieren convertirse en padres y madres«.

Para formar una familia por medio de Coparentalys, hay que explicitar el perfil que se busca. Pero antes hay que describirse. Literal. En cuatro pasos, justo después de los datos personales hay que completar los campos: peso, altura, color de ojos, largo del pelo, color de cabello y silueta.

Recién después se puede tildar el modelo de unión que se busca para concebir. Las opciones van de ser gestante y donante de esperma hasta «comenzar una familia (en el sentido tradicional) y conocer el amor». Se pueden tildar todos esos casilleros juntos. Nada es excluyente.

En el mismo paso –y como pasa en Tinder o Happn– se pide hacer una breve descripción de qué se busca y si se tiene algún hobby. También se aclara que la plataforma sólo une personas con el mismo deseo y que cada usuario debe asesorarse del marco jurídico para este tipo de maternidad y parentalidad. Se valida el mail y comienza la búsqueda.

No es necesario subir una foto, los perfiles están en filas de a nueve usuarios a la vez y cuando se elige a alguien no hay que esperar a que esa misma persona esté interesada. Se le puede escribir, directo.

El filtro puede ser por geolocalización, por quiénes están en línea en el momento (se indica el último inicio de sesión de cada perfil), por quiénes tienen foto o quienes tienen una sesión Premium (aunque chatear es gratis, la suscripción de pago arranca en $ 1.000 por mes y permite hablar sólo con los «premium» y que el perfil se resalte frente a quienes tienen la versión estándar cuesta desde $ 500).

La búsqueda

En Coparentalys no hay muro de Noticias, estilo Facebook, para ver qué hacen los usuarios. Todo es «mensaje directo». Un mano a mano de la coparentalidad. Algunos empiezan con un «Hola» y otros van al hueso: «Hola, como estás. Si optás por la vía de Donación (de óvulos), me encantaría ayudarte». Sí o sí hay que chatear.  Chat. La manera para comunicarse en Coparentalys.

Quienes congenien en el proyecto de crianza desde esta plataforma, no escapan a pasar directo a las redes sociales. Si se quiere ser más discreto, o ir más despacio, se seguirá la conversación por WhatsApp, llegará una videollamada, un encuentro en un lugar público y, recién ahí, una solicitud de amistad en Facebook o Instagram. Aunque desde el chat del sitio está la posibilidad mandar fotos desde el primer mensaje.

Padres por Facebook

«Busco copaternidad o donante. Soy de San Francisco Solano». «Hola, busco adoptar un bebé». «Hola, me llamo Ezequiel, tengo 25 años y quiero cumplir mi sueño de tener un hijo. Soy de Rafael Calzada». «Hola grupo!, acá Ale, 36 años, Saavedra. Soltero, gay con ganas de ser papá con alguna chica de CABA».

Desde sus propios perfiles, con nombre y apellido, hay al menos cuatro grupos cerrados de Facebook para lograr la coparentalidad. Las historias del párrafo anterior son de «Copaternidad Argentina», que tiene casi 500 miembros.

La edad de los usuarios varones llega hasta los 50. Y en las exigencias que se publican en el grupo se repite una puntual: «Busco mujer de hasta 30». Otra es «que viva en CABA, excluyente». Muchos dan detalles sobre sus estudios, sus trabajos y hasta si tienen el beneficio de «una salud privilegiada». Todos buscan lo mismo: convertirse en padres, con una ayudita de Internet.

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