En medio de las críticas de Cristina Kirchner a empresarios y jueces por el «alquiler» de cautelares para importar, la Aduana envió intimaciones a 150 empresas que compran al exterior en el marco de investigaciones por la triangulación de los pagos y posible fuga de los dólares que escasean en el Banco Central.
La medida forma parte de la estrategia oficial de evitar la subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones, además de la triangulación. Los controles abarcan a los intercambios de las multinacionales y sus subsidiarias pero se enfocan ahora también en importadores por operaciones más chicas entre u$s 1 millón y 10 millones.
Las cartas enviadas señalan que la Dirección de Valoración y Comprobación Documental lleva adelante investigaciones «para detectar operaciones de comercio exterior con riesgo de sobrefacturación en las que interviene un tercer operador (triangulación)» y piden información sobre operaciones puntuales.
En los casos detectados por la Aduana, los importadores traen mercadería de China pero facturan desde otra plaza, en general países como Estados Unidos, con el que la Argentina busca acelerar el intercambio de información automático.
El Gobierno busca avanzar en el acceso a datos con EE.UU.. Fue uno de los ejes que planteó Cristina Kirchner al embajador Marc Stanley, con eje en los dólares que se radicaron en ese país, y uno de los puntos que se incluyen en la agenda de Alberto Fernández para la bilateral con Joe Biden la semana que viene.
En el Ejecutivo reconocen que la brecha cambiaria es el «principal incentivo para importar» y le apuntan a la triangulación tanto de importación como de exportaciones. También las ventas al exterior están bajo la mira por no liquidar el total de las divisas y dejar una parte fuera del país.
«Hoy el negocio es traer un contenedor lleno de aire y hacerte de los dólares», que además están bajo la cotización oficial para las operaciones de comercio exterior.
MÁS LICENCIAS NO AUTOMÁTICAS
En ese contexto, ante una denuncia por importación por un yate, el secretario de Industria y Comercio Exterior Ariel Schale aclaró el fin de semana que sólo el 30% de las importaciones está bajo licencia no automática (LNA).
En algunos sectores del Gobierno, en tanto, creen que los bienes suntuarios del exterior deberían tener una LNA y apuntan a ir por ese camino y ampliar el espectro de productos cubiertos por licencias no automáticas, que demandan más controles. El recurso, en tanto, es un mal recuerdo para el sector del comercio exterior: durante la gestión de Guillermo Moreno se usó para frenar las compras, con demoras que excedían los plazos de la Organización Mundial de Comercio.