En un durísimo mensaje, laIglesia argentina denunció este sábado una “inflación asfixiante que genera miseria”, le reclamó a la dirigencia “responsabilidad política” y advirtió que cada vez más personas se ven obligadas a recurrir a los comedores populares. “No es posible morirse de hambre en esta tierra”, sostuvo.
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que comanda monseñor Oscar Ojea, se pronunció de esta manera en la previa del día de San Cayetano, que se celebrará el próximo domingo 7 de agosto.
“Peregrinos de San Cayetano, también suplicamos el pan de cada día, como nos enseñó Jesús. El pan que alimenta nuestra vida y que diariamente se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria”, denunció la Iglesia en un comunicado. Este también lleva la firma de los vicepresidentes de la CEA, Marcelo Colombo y Carlos Azpiroz Costa.
“¿Cómo no pensar en la cantidad creciente de hermanos y hermanas que se acercan cotidianamente a los comedores, en los adultos mayores que no pueden comprar sus medicamentos, en las familias cuyos ingresos son cada vez más insignificantes? Como reza una canción: ‘no es posible morirse de hambre en esta tierra bendita del pan’”, agregó.
Las cifras de la inflación en la Argentina que preocupan a la Iglesia
La inflación de junio fue de 5,3% y acumuló 64% en los últimos 12 meses. Así, el dato interanual hilvanó la quinta suba y marcó un nuevo récord para los últimos 30 años. El Indec dará a conocer la medición de julio el próximo 11 de agosto: analistas privados y dentro del propio Gobierno nacional estiman que el indicador quedará bien arriba del 7%.
Tras la crisis cambiaria que desató la renuncia de Martín Guzmán y las siguientes peleas internas en el oficialismo, la inflación profundiza su tendencia al alza semana a semana y los precios de los alimentos no son la excepción. Por el aumento de la canasta básica total, por la que el Indec mide el umbral de la pobreza, una familia de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) necesitó el mes pasado $104.217 para no ser pobre y $46.525 para no caer bajo el umbral de la indigencia.
En su documento de este sábado, el Episcopado señaló que “la profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para el pueblo”.
“En estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses, nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos –políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc.- dejarnos interpelar por las palabras del Papa Francisco”, reclamó la CEA.
“Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses”, concluyeron los prelados.