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Pobreza infantil en Argentina. La otra cara para la celebración del Día del Niño

El Día de las Infancias tiene un costado amargo, la contracara de la celebración porque una de las mayores dificultades es garantizar el bienestar a los niños y niñas en Argentina donde más de la mitad de los menores de 14 años se encuentra por debajo de la línea de pobreza.

Un informe de Cippec titulado “Día de las Infancias: una ventana de oportunidad para el ingreso universal” que, justamente, promueve el ingreso universal a la niñez reveló que “alrededor de 650 mil niños, niñas y adolescentes no reciben ninguna transferencia del Estado”. De todos modos concentrándose en los que sí poseen asistencia resaltó que más de 4,3 millones de chicos reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) y 4,1 millones de ellos también perciben la Prestación Alimentar.

En ese trabajo, el think thank remarcó la necesidad de “abordar la infantilización de la pobreza, un problema estructural que aqueja a nuestro país desde hace décadas, requiere soluciones que persistan en el tiempo, garantizarles un ingreso mínimo se torna urgente”. 

Según Unicef hay más de un millón de chicos que saltea comidas todos los días

Además el documento informó que durante los últimos tres años la pobreza en la niñez no bajó del 50%, es decir que se sostiene sin que se puedan instrumentar políticas que incluyan a los niños en el sistema y, justamente, coincide con los años en que la inflación en el país es de dos dígitos anuales aunque este año podría terminar en tres dígitos. En julio, los precios treparon al 7,4% récord en los últimos 20 años y para este mes las consultoras privadas proyectan una inflación con un piso de 6%. En este contexto, el último dato es del 51% de pobreza para al segundo semestre del 2021. A su vez, según datos oficiales del Indec, el 12,6% son indigentes. Las últimas cifras de canasta básica indicaron que para que un hogar no sea considerado pobre necesito $ 111.298.

infografía AHU 20220821
Infografía – Cobertura de asignaciones monetarias

La pérdida contra la inflación golpeó fuerte los salarios. Y por eso la falta de ingresos en este grupo etario provocó que más de un millón de chicos y adolescentes dejaran de hacer alguna comida –desayuno,almuerzo, merienda o cena–, según una encuesta de Unicef. En ese estudio se reflejó además que la insuficiencia en los ingresos también generó una reducción del 67% en el consumo de carne y del 40% en la ingesta de frutas, verduras y lácteos.

El riesgo de inseguridad alimentaria también se refleja en el hecho de que el 36% de los hogares con chicas y chicos dejó de comprar algún alimento por no tener dinero. Sin embargo, este promedio esconde fuertes disparidades, llegando al 50% en hogares que reciben la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar. El último monitor social del Centro de Estudios Metropolitanos indicó que en el AMBA el 53% disminuyó  la porción de las comidas y el 34% afirmó que en el último año pasó hambre.

Unos 4,3 millones de infantes reciben la AUH y 4,1 millones el plan Alimentar

En algunas estimaciones privadas actuales, este número podría ser más alarmante. Para el nowcast de pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella, el índice para el semestre febrero-julio del 2022 se ubicaría en el 39%. Un incremento de la tasa que probablemente no solo incluya más adultos pobres sino también más niños.

Cippec remarcó la necesidad de universalizar un ingreso para la niñez. También casi 140 mil niños siguen suspendidos de la AUH por incumplimiento de las condicionalidades: vacunación y control sanitario para menores de 5, certificado de alumno regular para mayores de 5.  

Garantizar un ingreso universal para los niños requiere, según el estudio, mejorar la gestión para que las familias sigan percibiendo las transferencias cuando pasan de un subsistema a otro y eliminar la disposición que requiere al menos dos años de residencia a inmigrantes para cobrar la AUH, otorgando la prestación a quienes hayan iniciado el trámite de residencia. Finalmente, el documento señaló que se podría avanzar en la equidad del sistema , eliminando las corresponsabilidades, un requisito que únicamente se solicita a receptores de AUH.

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