Cristina Kirchner desplegó una estrategia de cinco pasos: su victimización por el rechazo del Tribunal a escuchar su ampliación de indagatoria; el manejo de la causa en su contra con críticas al proceso judicial que obvió las comunicaciones entre José López, Eduardo Gutiérrez y Nicolás Caputo; la connivencia e «impunidad» de Mauricio Macri; y la diferenciación con el macrismo ante las requisitorias judiciales. «Ninguno de nosotros se profugó. Los peronistas nos quedamos acá, ustedes huyen» reprochó y en quinto lugar apuntó a recuperar el vínculo y la mística con la militancia y también con las huestes del peronismo.
«Ninguno de nosotros se profugó. Los peronistas nos quedamos acá, ustedes huyen»
«No vienen por mí, vienen por ustedes», advirtió a los trabajadores y a los políticos de su espacio durante los 90 minutos por Youtube. Autoindultada, la Vicepresidenta habló de un intento de «disciplinamiento» y señaló que el Poder Judicial y el Círculo Rojo no le perdonan las medidas de la década K, como la reestatización de las AFJP, YPF, el salario de los trabajadores, el rechazo al FMI, entre otras medidas y posturas.
«Van contra los gobiernos populares», insistió. Y ella, que al final de su segundo mandato y en 2017 como candidata a senadora por Unidad Ciudadana renegó del justicialismo, arengó a los que fueron a vivarla frente al Senado para que cantaran la marcha peronista. Ella misma cantó a viva voz y su equipo replicó el video de ese momento en redes sociales.
LA MARCHA PERONISTA
«¡No! la marcha, la marcha», se leyó el grito en los labios de Cristina Kirchner. Fue la primera vez que la Vicepresidenta usó el balcón de su despacho sobre Hipólito Yrigoyen esquina Entre Ríos. Antes, al dejar su departamento a las 10.30, se tomó de las manos con mujeres que la rodearon abriendo un camino desde la puerta del edificio sobre Juncal hacia el vehículo de su custodia. El cordón se armó a ambos lados de la calle y se repitió luego en el Palacio Legislativo donde también la despidieron a las 18:16 cantando «Dale alegría a mi corazón» de Fito Páez.
Las escenas fueron un déjà vu de lo que sucedió en 2016 cuando regresó de El Calafate tras cuatro meses de silencio para declarar frente al juez Claudio Bonadio. Aquel año se montaron operativos frente al departamento de Recoleta y en Rodríguez Peña frente al Instituto Patria. Había gente para saludarla -y cuidarla- cada vez que entraba o salía.
Como entonces, por ahora y desde el lunes a la noche habrá guardia militante permanente en su casa. Con el eje en que no es a Cristina a quien persiguen sino al peronismo en su conjunto, el kirchnerismo irá gestando de a poco un 17 de octubre para su jefa política, una movilización nacional que emule a la del 45 a favor de Juan Domingo Perón. Arrancarán con plazas militantes, bocinazos, banderazos y plenarios. Algunos planean visitas puerta a puerta como si ya fuera una campaña presidencial. El proceso, dicen, es largo, primero por los tiempos judiciales y segundo porque para que tenga impacto debe ser un acto realmente multitudinario.
OPERATIVO CLAMOR
«Estamos en estado de alerta y movilización permanente», avisan de todos modos desde La Cámpora y agrupaciones afines que ya hace semanas pintan paredones y realizan banderazos a favor de CFK. Más allá del enojo por la acusación que hicieron los fiscales de la causa de la obra pública gran parte de los dirigentes ven en este escenario una oportunidad, la revitalización de la figura de la ex presidenta.
La frase que más se repite apela a la mística: «No está sola». Y agregan que es «ella contra el poder», mientras buscan avanzar ante la opinión pública sobre los ejes y pruebas que desplegó en su alocución.
En esa línea y para reforzar la teoría de que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 unió al Frente de Todos se leen en el entorno K las expresiones de apoyo que salieron incluso desde Casa Rosada donde de todos modos hay siempre más cautela.
Por ejemplo la carta de apoyo del Gobierno -y los reiterados llamados telefónicos del Presidente a su vice- como también las expresiones personales del secretario general de la presidencia, Julio Vitobello; el canciller Santiago Cafiero; el ministro Gabriel Katopodis; y el cordobés Carlos Caserio, vicepresidente del Banco Nación que lanzó un «Fuerza compañera», en un claro mensajes del sentir generalizado del PJ apenas el fiscal Luciani pronunció el pedido de condena por doce años.
En el kirchnersimo creen que la Justicia les adelantó los tiempos. Y aunque nadie aventura si Cristina Kirchner decidirá ser candidata a Presidenta o a senadora por Buenos Aires, las palabras de Andrés Larroque, siempre muestran la línea de ese sector. «Escucharte es tener esperanza», escribió el ministro de Desarrollo con la Comunidad de Buenos Aires y secretario general de La Cámpora.
Mientras «El Cuervo» tuiteaba, Máximo Kirchner y el ministro del Interior Eduardo ‘Wado’ de Pedro atravesaban el Palacio del Congreso para ir de Diputados al Senado y puntear los próximos pasos con Cristina Kirchner. Después se sumó Oscar Parrilli, recién regresado de Neuquén para estar cerca de su jefa.
